La abejitas polinizadoras y la casa abandonada



Había una vez un grupo de abejitas muy trabajadoras que se dedicaban a polinizar las flores del campo. Un día, mientras realizaban su labor diaria, encontraron una casa abandonada en el bosque.

"¿Qué será esa casa? Nunca la habíamos visto antes", preguntó una abejita. "No lo sé, pero parece un poco triste y descuidada", respondió otra abejita preocupada. Las abejitas decidieron acercarse a la casa para investigar. Al entrar, descubrieron que estaba llena de telarañas y polvo.

"Podríamos hacer algo para ayudar a esta casa a recuperar su belleza", propuso una abejita con entusiasmo. Las abejitas empezaron a trabajar en equipo.

Algunas se encargaron de limpiar, otras repararon las ventanas rotas, y unas cuantas se encargaron de llevar semillas y flores para decorar el jardín. Con mucho esfuerzo y dedicación, la casa abandonada empezó a transformarse en un lugar hermoso y acogedor. Las abejitas, con su labor de polinización, también trajeron vida al jardín, llenándolo de color y alegría.

Un día, un grupo de mariposas, abejorros y pájaros vieron el cambio y se acercaron a la casa para agradecer a las abejitas por haber devuelto la vida a ese lugar.

La casa abandonada se convirtió en un hogar para muchos seres vivos, y las abejitas se sintieron felices de haber contribuido a hacer del mundo un lugar mejor. Desde entonces, la casa abandonada se llenó de luz y alegría, gracias al trabajo incansable y la solidaridad de las abejitas polinizadoras.

FIN.

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