La abeztruz carateca
En las vastas llanuras de Haustralia vivía una abeztruz llamada Otilia. Desde pequeña, Otilia soñaba con ser una carateca, pero todos a su alrededor se burlaban de ella. "¡Una abeztruz no puede ser carateca, Otilia! ¡Deja de soñar despierta!" le decían los demás animales. Pero Otilia no se dejó desanimar, y decidió perseguir su sueño sin importar lo que dijeran los demás.
Un día, Otilia conoció a Don Canguro, un maestro de karate retirado que vivía en las afueras del bosque. Don Canguro vio la determinación en los ojos de Otilia y decidió entrenarla en secreto. Durante meses, Otilia y Don Canguro practicaron en las profundidades del bosque, lejos de las miradas de los demás. Otilia demostró ser una alumna dedicada y talentosa, superando todos los desafíos que se le presentaban.
Finalmente, llegó el día del torneo de karate de Haustralia, donde los mejores luchadores de todo el país se reunían para competir. A pesar de las dudas y burlas de los demás, Otilia decidió inscribirse en el torneo. Cuando los otros animales la vieron en el ring, se rieron y subestimaron a Otilia. Pero en cada combate, Otilia demostró su valentía, agilidad y fuerza. Sus patadas y movimientos de karate dejaron a todos boquiabiertos.
El momento culminante llegó cuando Otilia se enfrentó al actual campeón de karate de Haustralia, un temible canguro. A pesar de estar cansada y herida, Otilia no se rindió. Con un giro de 360 grados, Otilia derrotó al canguro, ganando el respeto y admiración de todos los presentes. Desde ese día, Otilia se convirtió en un símbolo de valentía y determinación en Haustralia, inspirando a otros animales a seguir sus sueños sin importar lo que digan los demás.
FIN.