La abuela lobo y el martillo mágico
Había una vez una abuela lobo llamada Marta, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de bosques. Aunque los lobos solían ser considerados peligrosos, Marta era diferente.
Era amable y cariñosa, y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Un día, Marta recibió una carta de su nieta Caperucita Roja, quien vivía en la ciudad. La carta decía: "Querida abuela Marta, me encantaría visitarte en el bosque y pasar tiempo juntas.
Pero tengo miedo de perderme en el camino. ¿Podrías darme algunas indicaciones para llegar a tu casa?"Marta sonrió al leer la carta y pensó en cómo podría ayudar a su nieta.
De repente, se le ocurrió una idea brillante: usar un martillo mágico para crear nubes que guiaran el camino de Caperucita Roja hasta su casa. Sin perder tiempo, Marta agarró su martillo mágico y comenzó a golpearlo contra el suelo. Al instante, apareció una nube esponjosa sobre ella.
"¡Oh! ¡Qué maravilla! Ahora podré guiar a mi querida nieta hasta aquí", exclamó emocionada la abuela lobo. Caperucita Roja siguió las instrucciones detalladas que le dio su abuela por teléfono mientras caminaba por el bosque.
Cuando vio la primera nube flotando sobre un árbol cercano, supo que estaba siguiendo el camino correcto. "¡Vaya! ¡Qué sorpresa! Nunca imaginé que las nubes pudieran ser tan útiles", pensó Caperucita Roja mientras continuaba su camino.
Pero lo que Caperucita Roja no sabía era que había un lobo malvado llamado Rocco acechando en el bosque. Rocco odiaba a los lobos amables como Marta, y siempre buscaba la oportunidad de hacerles daño.
Rocco vio las nubes mágicas guiando a Caperucita Roja y decidió seguirlas en secreto. Quería aprovechar la oportunidad para causar problemas y asustar a la niña. Cuando Caperucita Roja finalmente llegó a casa de su abuela, se sorprendió al verla esperándola con una sonrisa cálida en el rostro.
"¡Abuela Marta! ¡Qué alegría verte!" exclamó emocionada Caperucita Roja mientras le daba un fuerte abrazo. "Mi querida nieta, estoy muy feliz de tenerte aquí", respondió Marta con ternura. Mientras disfrutaban de una deliciosa merienda juntas, Rocco apareció de repente frente a ellas.
Estaba furioso por haber sido engañado por las nubes mágicas y estaba decidido a hacerles daño. Sin embargo, antes de que Rocco pudiera atacarlas, Marta levantó su martillo mágico y creó una gran nube negra sobre él.
La nube comenzó a llover gotas gigantes sobre el lobo malvado, dejándolo empapado y asustado. "¡Ayuda! ¡Auxilio! No puedo soportar esta lluvia!", gritaba Rocco mientras huía despavorido del bosque.
Caperucita Roja y su abuela Marta se miraron con alivio y se abrazaron emocionadas. Juntas, habían enfrentado el peligro y demostrado que la bondad siempre prevalece sobre la maldad.
Desde ese día, Marta siguió usando su martillo mágico para ayudar a otros habitantes del bosque y mantenerlo a salvo de los lobos malvados como Rocco. Caperucita Roja aprendió una valiosa lección sobre el poder de la amabilidad y la importancia de confiar en sí misma.
Y así, gracias a la abuela lobo Marta, Caperucita Roja vivió muchas aventuras más en el bosque, siempre recordando que las nubes pueden ser mucho más que simples masas de agua flotantes.
FIN.