La abuela lobo y su día de cambio
Había una vez, en un bosque encantado, una abuela lobo muy fea que no le gustaba bañarse. Todos los animales del bosque evitaban acercarse a ella por su terrible olor.
Un día, la abuela lobo se encontró peleando con un grupo de conejos traviesos que se burlaban de su aspecto. Ella gruñía y mostraba sus afilados dientes, pero los conejos, valientes y unidos, no cedían.
Entonces, el conejito más pequeño, llamado Tito, dio un paso al frente y gritó: "¡Basta! No podemos seguir peleando de esta manera". La abuela lobo se detuvo sorprendida por la valentía del pequeño conejo. Tito continuó: "Sé que te molestamos, pero si te bañaras y cuidaras tu aspecto, todos nos llevaríamos mejor contigo".
La abuela lobo, atónita, nunca había recibido una propuesta así. Al principio, se enojó y gruñó, pero después de pensarlo, decidió darles una oportunidad.
Así, Tito y los demás conejos la ayudaron a conseguir un baño relajante en un río cercano y le prestaron algunas flores para que se viera más bonita. La abuela lobo, después de limpiarse y perfumarse, se miró en el agua y no podía creer la transformación que había experimentado. Su rostro reflejaba felicidad y agradecimiento.
A partir de ese día, la abuela lobo se convirtió en una abuela lobo mucho más amable y cuidadosa de su higiene personal.
Los conejos, con su valentía y empatía, lograron cambiar a la abuela lobo, demostrando que a veces, solo hace falta amor y comprensión para lograr grandes cambios.
FIN.