La abuela Nelia y su legado
Había una vez una abuela llamada Nelia, quien a sus 85 años era la persona más alegre y activa que su familia conocía. Siempre tenía una sonrisa en el rostro y un chiste o anécdota para contar.
Un día, su nieta Martina llegó de visita y encontró a Nelia haciendo yoga en el jardín trasero de su casa. -Abuela, ¿qué haces? -preguntó curiosa. -Estoy practicando yoga, querida -respondió Nelia-.
Es importante mantenerse activo y saludable en todas las edades. Martina se sorprendió al ver lo flexible que era su abuela y decidió preguntarle más sobre cómo mantenía tanta energía.
-Abuela, ¿cómo haces para tener tanta vitalidad? Nelia le contó que desde joven había tenido la costumbre de hacer ejercicio diariamente y comer alimentos saludables. También le dijo que siempre buscaba aprender cosas nuevas, como tocar instrumentos musicales o leer libros interesantes.
Martina quedó impresionada por la actitud positiva de su abuela y decidió seguir sus consejos. Comenzó a hacer ejercicio regularmente e incorporar más frutas y verduras en su alimentación. Un día, mientras paseaban por el parque, Nelia notó que un anciano estaba teniendo problemas para caminar con su bastón.
Sin dudarlo un segundo, se acercó a él para ofrecerle ayuda. Juntos lograron llegar hasta un banco donde pudieron descansar. -Abuela, eres increíble -dijo Martina admirada-. Siempre estás dispuesta a ayudar a los demás sin importar nada.
Nelia le respondió que siempre había creído en la importancia de ayudar a los demás y ser una persona positiva. -Además, si ayudo a alguien más, me hace sentir bien a mí también -agregó con una sonrisa.
Martina aprendió mucho de su abuela Nelia ese día. Aprendió que la actitud es todo y que nunca es tarde para empezar a cuidarse y hacer cosas nuevas.
Pero lo más importante que aprendió fue el valor de la bondad y ayudar a los demás. Desde entonces, Martina se convirtió en una persona más activa, saludable y positiva gracias al ejemplo inspirador de su abuela Nelia.
FIN.