La Abuela y sus Amigos del Espacio


La abuela estaba en la cocina, mezclando los ingredientes para hacer el pastel de chocolate favorito de sus nietos cuando escuchó un extraño ruido proveniente del jardín.

Se asomó por la ventana y vio algo que nunca había visto antes: varios marcianos verdes con antenas y ojos grandes estaban parados frente a su casa. - ¡Ay, Dios mío! - exclamó la abuela mientras se llevaba las manos al pecho. Los marcianos tocaron la puerta con insistencia.

La abuela no sabía qué hacer, pero decidió abrirles la puerta lentamente. Los marcianos entraron enseguida, saludándola amistosamente.

- Hola señora - dijo uno de ellos - venimos desde muy lejos para visitar su planeta y queríamos conocer a sus habitantes más amables. La abuela estaba sorprendida y un poco asustada al mismo tiempo, pero decidió ser valiente y tratarlos bien como lo haría con cualquier otro invitado.

Les ofreció agua fresca y les preguntó si querían probar una rebanada de su delicioso pastel. Los marcianos aceptaron encantados. Mientras comían el pastel, comenzaron a hablar sobre su planeta y cómo era diferente a la Tierra.

La abuela les contó historias sobre su vida en este planeta y cómo ella había criado a sus hijos aquí. De repente, uno de los marcianos se levantó de la mesa e hizo un gesto hacia la ventana.

Todos miraron afuera para ver lo que había pasado: una nave espacial enorme estaba descendiendo del cielo directo hacia ellos. - ¡Tenemos que irnos! - gritó uno de los marcianos.

- ¡Gracias por su hospitalidad, abuela! La abuela se despidió de ellos y observó cómo los marcianos corrían hacia la nave espacial y se alejaban en el cielo nocturno. La abuela estaba asombrada de lo que había sucedido esa noche. Nunca había imaginado que conocería a seres extraterrestres tan amables e interesantes.

Se dio cuenta de que aunque las cosas pueden parecer extrañas o asustadizas al principio, siempre hay una oportunidad para hacer nuevos amigos y aprender algo nuevo.

Después de esa noche, la abuela decidió enseñarles a sus nietos sobre la importancia del respeto y la amabilidad hacia todas las personas, sin importar cuán diferentes puedan parecer. Y cada vez que horneaba un pastel, recordaba con cariño a sus amigos marcianos y sonreía pensando en todas las aventuras emocionantes que el universo tenía reservadas para ella.

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