La abuelita Martina y el misterio de las piedras grandes
En un pequeño pueblo de la cordillera de los Andes, vivía la dulce abuelita Martina. Ella tenía un rebaño de ovejas, a las que cuidaba con mucho amor.
Sin embargo, la abuelita Martina tenía dificultades en la vista, lo cual le causaba problemas para distinguir las cosas lejanas. Las ovejas, al no poder ver bien a la abuelita, la confundían con las piedras grandes que había en el campo.
Esto provocaba que las ovejas siempre se alejaran de ella, temerosas y desconfiadas. La abuelita Martina se sentía triste y sola.
Un día, el niño Juanito, que vivía cerca del campo, se acercó a la abuelita y le dijo: -Abuelita Martina, ¿por qué tus ovejas siempre huyen de ti? La abuelita le contó a Juanito sobre sus problemas de visión y cómo las ovejas la confundían con piedras. Juanito, conmovido por la situación de la abuelita, decidió ayudarla.
Él trajo lentes especiales para la abuelita, que le permitían ver con claridad a larga distancia. Con sus nuevos lentes, la abuelita Martina pudo ver a sus ovejas claramente por primera vez en mucho tiempo.
Las ovejas, al darse cuenta de que la abuelita no era una piedra, se acercaron a ella curiosas y cariñosas. La abuelita Martina, con la ayuda de Juanito, pudo demostrarles a las ovejas que era su querida cuidadora.
Desde ese día, las ovejas siempre estuvieron cerca de la abuela, y juntas vivieron felices y en armonía en el hermoso campo de la cordillera.
FIN.