La Agonía de Rasu-Ñiti


Había una vez en la selva un pequeño perezoso llamado Rasu-Ñiti.

Rasu-Ñiti era conocido por ser el animal más lento de la selva, siempre se tomaba su tiempo para hacer las cosas y a menudo se quedaba rezagado del resto de los animales. Esto lo entristecía mucho, ya que anhelaba ser más ágil y activo como los demás.

Un día, Rasu-Ñiti decidió que quería cambiar su situación, así que emprendió un viaje en búsqueda de la sabiduría del anciano Gran Sábalo, el pez más viejo y sabio del río. En su viaje, Rasu-Ñiti pasó por distintos desafíos y conoció a otros animales de la selva que lo ayudaron y enseñaron valiosas lecciones.

Finalmente, llegó al río donde habitaba el Gran Sábalo, quien le reveló que la clave para superar su agonía no era intentar ser alguien más, sino aceptarse y valorarse tal como era, reconociendo sus propias fortalezas y virtudes.

Con esta nueva comprensión, Rasu-Ñiti regresó a la selva y, para sorpresa de todos, encontró la forma de ser útil y resolver problemas utilizando su peculiar forma de ser.

Desde entonces, Rasu-Ñiti fue admirado y respetado por los demás animales, demostrando que la verdadera fortaleza reside en la aceptación de uno mismo y en la perseverancia para superar las dificultades.

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