La Alegría de Nubecita



us amigas las estrellas cuando de repente, comenzó a sentir una extraña sensación en su interior. Era como si algo la apretara y le quitará todas sus ganas de jugar.

Nubecita intentó ignorar esa tristeza que la invadía, pero poco a poco fue perdiendo esa alegría que la caracterizaba. Ya no quería jugar con el viento ni bailar con los rayos del sol.

Sus amigas las estrellas se dieron cuenta de este cambio y se acercaron a Nubecita preocupadas. - Nubecita, ¿qué te pasa? Estás tan triste - dijo Estrellita. - No lo sé, amigas. De repente me siento muy apagada, sin energía para hacer nada - respondió Nubecita con voz entrecortada.

Las estrellas se miraron entre sí y decidieron ayudar a su amiga. Sabían que algo tenía que haber pasado para que Nubecita estuviera tan triste. - Vamos a investigar qué es lo que te está haciendo sentir así - propuso Lucerito.

Las estrellas comenzaron a preguntarle a los demás elementos del cielo si habían visto algo extraño o si sabían qué le estaba pasando a su amiga nube.

Fue entonces cuando el Sol les contó sobre una tormenta muy fuerte que había ocurrido hace unos días cerca de donde vivía Nubecita. - Tal vez esa tormenta haya afectado emocionalmente a nuestra amiga - dijo Solecito preocupado.

Sin perder tiempo, las estrellas fueron en busca de la tormenta para descubrir qué había causado tanta tristeza en Nubecita. Cuando encontraron a la tormenta, le preguntaron si sabía algo sobre el estado de su amiga. - Sí, recuerdo haber pasado cerca de Nubecita durante la tormenta.

Quizás mis fuertes vientos y rayos hayan asustado a nuestra pequeña nube - respondió Tormentoso con tristeza en su voz. Las estrellas entendieron que la tristeza de Nubecita se debía al miedo que le había causado la tormenta.

Decidieron regresar junto a ella para contarle lo ocurrido y brindarle apoyo. - Nubecita, tu tristeza se debe a un malentendido. La tormenta no quería asustarte, solo estaba cumpliendo su función natural - explicó Lucerito.

- Nos dimos cuenta de que todo esto fue un accidente y estamos aquí para apoyarte y recordarte lo hermosa y valiente que eres - agregó Estrellita con cariño. Nubecita escuchaba atentamente las palabras reconfortantes de sus amigas.

Poco a poco, esa tristeza comenzó a desvanecerse y las ganas de jugar volvieron a florecer en su corazón. Desde aquel día, Nubecita aprendió que es normal sentir miedo o tristeza en ocasiones, pero también descubrió el valor del apoyo y la amistad verdadera.

Ya no permitiría que los malentendidos o situaciones difíciles opacaran su alegría interior. Nubecita volvió a ser esa nube juguetona y risueña que todos conocían. Jugaba con el viento sin temor alguno, bailaba con los rayos del sol llenando el cielo de colores y formas maravillosas.

Y cada vez que una tormenta se acercaba, Nubecita recordaba que el miedo no debía controlarla, porque ella era fuerte y capaz de superarlo.

Y así, la pequeña nube demostró al mundo que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz que nos guía hacia la felicidad.

FIN.

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