La alianza de Bruno y Ulises contra Cervantes



En lo profundo de la Montaña Palentina vivía un imponente oso pardo llamado Bruno. Bruno era conocido por su nobleza y su gran corazón, siempre dispuesto a ayudar a quienes lo necesitaran en el bosque.

Durante la berrea, cuando los ciervos buscaban pareja, un ciervo malvado llamado Cervantes sembraba el caos entre los animales del bosque. Cervantes no quería compartir las tierras con nadie más y hacía todo lo posible para asustar a los demás habitantes del bosque.

Un día, mientras Bruno caminaba por el bosque, escuchó llantos provenientes de un claro. Al acercarse, vio al urogallo Ulises en apuros.

Ulises había llegado desde lejanas tierras para reclamar su territorio ancestral que le había sido arrebatado por Cervantes. "¡Ayuda, oso Bruno! ¡Cervantes me está atacando y no puedo defenderme solo!" -exclamó Ulises con angustia. Bruno no dudó ni un segundo y se lanzó valientemente hacia donde se encontraba Cervantes.

Con sus enormes garras y su imponente presencia, logró ahuyentar al ciervo malvado y salvar a Ulises. "¡Gracias, amigo oso! ¡Eres verdaderamente valiente y generoso!" -agradeció Ulises emocionado. Desde ese día, Bruno y Ulises se convirtieron en grandes amigos.

Juntos recorrieron la Montaña Palentina protegiendo a los demás animales del bosque de cualquier peligro que pudiera acecharlos. Sin embargo, una tarde oscura y tormentosa, una bandada de buitres hambrientos descendió sobre el bosque buscando comida fácil.

Los animales del lugar temblaban de miedo ante la amenaza voladora que se cernía sobre ellos.

Pero justo cuando parecía que todo estaba perdido, apareció un buitre diferente a los demás: era Bernardo, un buitre amable y compasivo que había observado la amistad entre Bruno y Ulises desde lo alto del cielo. Sin dudarlo un segundo, Bernardo se interpuso entre sus congéneres malintencionados y los habitantes indefensos del bosque. "¡Deténganse ya! ¡No permitiré que lastimen a mis amigos!" -gritó Bernardo con firmeza.

Su valentía sorprendió a todos e hizo reflexionar a los otros buitres; finalmente decidieron marcharse sin causar más daño gracias al coraje demostrado por Bernardo.

Desde aquel día fatídico, todos en la Montaña Palentina aprendieron una gran lección: la importancia de la amistad verdadera y el valor de estar dispuestos a ayudarse mutuamente en momentos difíciles. Juntos lograron mantener la armonía en el bosque y construir un lugar lleno de paz donde cada criatura podía vivir libremente sin temor alguno.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!