La alianza de Violeta y Celeste


Había una vez en un campo verde y soleado, una ovejita llamada Violeta.

Lo curioso de Violeta era que no era como las demás ovejas blancas, ¡sino que era azul! Sí, así es, ¡una oveja azul! Aunque por fuera se veía diferente, por dentro tenía un corazón tierno y amable. Violeta siempre se sentía triste porque las otras ovejas la miraban con extrañeza y no querían jugar con ella.

Se preguntaba por qué no podían aceptarla tal como era. Un día, mientras deambulaba sola por el campo, vio a lo lejos a alguien más del mismo color que ella. ¿Qué sería? Se acercó lentamente y descubrió que era un caballo azul.

"¡Hola! Soy Violeta, la oveja azul. ¿Tú también eres azul?", preguntó emocionada. "Sí, me llamo Celeste y soy un caballo mágico. Es un placer conocerte", respondió el caballo con una sonrisa cálida.

Desde ese día, Violeta y Celeste se convirtieron en grandes amigas. Jugaban juntas al escondite entre los árboles del bosque vecino y compartían historias bajo la luz de la luna. La amistad entre ellos crecía cada día más fuerte.

Un día, mientras exploraban un prado lleno de margaritas blancas, escucharon unos ruidos extraños provenientes del otro lado del bosque. Decidieron ir a investigar y descubrieron que unos cazadores furtivos estaban capturando animales salvajes para venderlos ilegalmente. "¡Debemos hacer algo para detenerlos!", exclamó Celeste con determinación.

"¡Tienes razón! Juntos podemos lograrlo", respondió Violeta valientemente. Ambos idearon un plan ingenioso para distraer a los cazadores y liberar a los animales atrapados.

Con astucia e trabajo en equipo lograron su cometido y salvaron a todos los inocentes habitantes del bosque.

Después de esa aventura emocionante, Violeta comprendió que ser diferente no significaba estar solo o ser menos especial; al contrario, ¡era lo que la hacía única e increíble! Y tener a Celeste como amiga le enseñó que juntos podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara en el camino.

Así fue como la historia de la oveja azul llamada Violeta y el caballo azul llamado Celeste se convirtió en leyenda en aquel campo verde y soleado donde vivieron felices para siempre rodeados de amor y amistad verdadera. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda: ¡celebra tus diferencias porque te hacen especial!

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