La Alianza del Bosque


Había una vez en un lejano bosque, un grupo de animales muy preocupados por el estado de su hogar.

Ellos veían cómo los árboles eran talados sin cesar, los ríos estaban cada vez más contaminados y la basura invadía sus senderos. Estaban tristes y angustiados, pero sabían que debían hacer algo al respecto. - ¡Amigos! -exclamó Mateo el zorro, reuniendo a todos los animales del bosque-. Debemos tomar acción para cuidar nuestra casa común.

No podemos permitir que siga siendo destruida. Los demás animales asintieron con preocupación, pero no sabían por dónde empezar. - ¿Qué podemos hacer? -preguntó Martina la ardilla, con sus ojos brillantes llenos de determinación.

- Debemos unir fuerzas y trabajar juntos para proteger nuestro hogar -respondió Mateo-. Cada uno de nosotros tiene algo único para aportar. Así fue como los animales del bosque comenzaron a planificar diferentes acciones para cuidar su entorno.

Los pájaros se encargarían de sembrar nuevas semillas en los claros del bosque, las ardillas recolectarían la basura y la llevarían lejos, mientras que los ciervos vigilarían que ningún cazador furtivo entrara en el territorio.

Poco a poco, gracias al esfuerzo conjunto de todos los habitantes del bosque, empezaron a ver cambios positivos. Los árboles volvieron a crecer frondosos, los ríos recuperaron su pureza y la basura desapareció por completo. El bosque volvió a ser un lugar próspero y lleno de vida.

Un día, mientras celebraban el éxito de sus acciones, llegó corriendo Nora la coneja con una noticia alarmante: en el otro extremo del bosque había un incendio forestal que se acercaba rápidamente hacia ellos. - ¡Debemos actuar rápido! -exclamó Mateo-.

Si no detenemos el fuego pronto, todo nuestro trabajo se habrá perdido. Los animales se miraron unos a otros con determinación y decidieron formar una cadena humana desde el río hasta el incendio.

Con baldes llenos de agua, fueron pasándose entre sí para apagar las llamas antes de que llegaran al corazón del bosque. Después de arduas horas de trabajo conjunto lograron sofocar el incendio y salvar su hogar una vez más.

Estaban exhaustos pero felices de haber demostrado que cuando todos colaboran por un objetivo común, pueden lograr grandes cosas. Desde ese día en adelante, los animales del bosque continuaron trabajando juntos para cuidar su casa común.

Sabían que era tarea de todos mantenerla segura y próspera para las generaciones futuras. Y así lo hicieron con amor y dedicación.

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