La amabilidad de Luna


Había una vez, en una granja rodeada de prados verdes y flores de colores, un grupo de conejitos que eran muy tacaños y groseros con sus amigos.

No compartían su comida, no ayudaban en las tareas diarias y siempre se burlaban de los demás animales. Un día, llegó a la granja una conejita muy bonita llamada Luna. Ella quería hacer amigos con todos los animales del lugar, pero cuando intentó acercarse a los conejitos, ellos la rechazaron rápidamente.

"Vete de aquí, no queremos ser amigos contigo", dijo el conejito más grande y fuerte. Luna se sintió triste y sola. Pero decidió no rendirse tan fácilmente.

En lugar de eso, ella continuó mostrando amabilidad hacia los demás animales de la granja: ayudaba a las gallinas a reagarrar huevos, jugaba con los patos en el estanque y cantaba canciones con las ovejas bajo el sol.

Los conejitos comenzaron a sentirse celosos al ver cómo Luna era aceptada por todos los demás animales. Sin embargo, ellos seguían siendo tacaños y groseros entre sí.

Un día durante la cena, mientras comían zanahorias frescas recién cosechadas del huerto, uno de los conejitos notó que Luna estaba sentada sola bajo un árbol lejos del grupo. "¿Por qué no invitamos a Luna para comer con nosotros?", preguntó el pequeño conejito nerviosamente. Los otros conejitos lo miraron sorprendidos pero luego pensaron que tal vez era buena idea después de todo.

Así que invitaron a Luna para compartir su cena. Ella aceptó con una gran sonrisa en su rostro y se sentó junto a los conejitos.

"¿Por qué eres tan amable con nosotros, incluso cuando fuimos groseros contigo?", preguntó uno de los conejitos. "Porque creo que todos merecemos ser amigos", respondió Luna con dulzura. Los conejitos se sintieron mal por haber sido tacaños y groseros todo el tiempo.

Decidieron cambiar su comportamiento y comenzaron a ser más generosos y amables con sus amigos animales en la granja. Desde ese día, los conejitos aprendieron que no hay nada más importante que tener amigos verdaderos, y que la amabilidad es la mejor forma de ganarse el corazón de otros.

Y así vivieron felices para siempre, disfrutando de la vida en la granja rodeada de sus queridos amigos animales.

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