La ambición de Sofía



Había una vez en una oficina muy grande y bulliciosa, un jefe llamado Don Carlos. Don Carlos era un hombre serio, trabajador y muy respetado por todos sus empleados.

Sin embargo, Don Carlos tenía una secretaria llamada Marta que siempre estaba buscando la manera de ascender en la empresa. Un día, Marta se acercó a Don Carlos con una propuesta inesperada.

"-Don Carlos, estoy dispuesta a hacer lo que sea por un ascenso en la empresa", le dijo con determinación en su voz. Don Carlos se sorprendió por la oferta de Marta. "-Marta, los ascensos en esta empresa se ganan con esfuerzo, dedicación y trabajo duro.

No puedo darte un ascenso a cambio de algo", respondió él con firmeza. Marta no se dio por vencida y decidió demostrarle a Don Carlos que ella era capaz de lograr cualquier cosa para conseguir lo que quería.

Durante semanas, Marta trabajó más horas extra, tomó cursos de capacitación y ayudó a sus compañeros en todo lo que pudo. Un día, mientras Don Carlos revisaba los informes mensuales de la empresa, notó algo extraordinario: el desempeño de Marta había mejorado notablemente en todas las áreas.

Estaba impresionado por el esfuerzo y la dedicación que ella había puesto en su trabajo. "-Marta, quiero felicitarte por tu excelente desempeño en estos últimos meses.

Has demostrado ser una empleada valiosa para la empresa y estoy orgulloso de ti", le dijo Don Carlos con una sonrisa sincera en su rostro. Marta sintió una gran alegría al escuchar las palabras de su jefe. "-Gracias Don Carlos.

Todo esto lo hice porque realmente quiero crecer profesionalmente y sé que puedo lograrlo si me esfuerzo", respondió ella emocionada. Don Carlos reflexionó por un momento y luego tomó una decisión inesperada: "-Marta, después de ver tu compromiso y dedicación al trabajo, he decidido ofrecerte el ascenso que tanto deseas.

Te has ganado esta oportunidad con tu propio esfuerzo. "Marta no podía creer lo que estaba escuchando. Estaba emocionada y agradecida por la oportunidad que se le presentaba gracias a su trabajo arduo y constante.

Desde ese día, Marta siguió creciendo dentro de la empresa gracias a su determinación y esfuerzo continuo. Aprendió que los verdaderos logros vienen del trabajo duro y la perseverancia, no de ofrecer cosas a cambio de favores.

Y así, Marta demostró que con sacrificio y dedicación se pueden alcanzar grandes metas sin necesidad de recurrir a atajos o promesas vacías.

FIN.

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