La Amiga Emo Mala y el Cuento de la Amistad Verdadera



En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, vivían dos amigas que siempre se divertían juntas. Sofía era la más optimista y siempre encontraba el lado bueno de las cosas, mientras que Valeria, apodada "La Emo Mala" por su estilo diferente, tenía una visión más oscura de la vida. Aunque eran muy diferentes, las chicas habían sido inseparables desde pequeñas.

Un día, mientras paseaban por el bosque, encontraron un viejo libro cubierto de polvo.

-Sofía: "¡Mirá, Valeria! Este libro parece muy antiguo. ¿Qué pensás si lo abrimos?"

-Valeria: "No sé, Sofía. Puede que sea un libro de hechizos o algo así. No me gusta la idea de perder tiempo con cosas raras."

-Sofía: "Pero podría ser una aventura. Solo vamos a ver qué hay adentro..."

Sofía, emocionada, empezó a abrir el libro. En su interior, había relatos sobre criaturas mágicas y leyendas del bosque. Una página, en particular, la cautivó.

-Sofía: "¡Escuchá esto! Dice que en el bosque hay una fuente mágica que puede conceder un deseo a quien esté dispuesto a ayudar a los demás."

-Valeria: "¿Un deseo? Pero eso suena demasiado bueno para ser verdad... seguro es una trampa para idiotas como vos."

A pesar del comentario de Valeria, Sofía no podía dejar de pensar en la fuente mágica. Decidió que irían a buscarla.

Caminando por el bosque, la atmósfera cambió. La luz del sol se ocultó entre las nubes y las sombras se alargaron.

-Sofía: "No te preocupes, ¡no puede ser tan aterrador!"

-Valeria: "¿Ves? A eso me refiero. Las cosas nunca son tan simples..."

Mientras seguían caminando, se encontraron con un pequeño zorro atrapado en un arbusto.

-Sofía: "¡Pobrecito! ¡Hay que ayudarlo!"

-Valeria: "No perdamos el tiempo. Hay un deseo en juego, acordate..."

Sofía, conmovida, se acercó al zorro y comenzó a liberar las ramas que lo atrapaban.

-Sofía: "Listo, ya estás libre. Ahora, corre. ¡Ten cuidado!"

-El zorro, sorprendentemente, se detuvo y miró a Sofía, como si entendiera su bondad, y luego desapareció rápidamente entre los árboles.

Valeria, viendo lo que había hecho su amiga, empezó a cambiar de opinión.

-Valeria: "Quizás… quizás sí valga la pena ayudar a otros. Pero no lo digas muy alto, o me va a dar vergüenza..."

Continuaron su búsqueda y, al fin, encontraron la fuente. El agua brillaba con un resplandor misterioso.

-Sofía: "¡Mirá! ¡Es hermosa!"

-Valeria: "No sé. ¿Y si es una trampa?"

-Sofía: "Solo vamos a desear algo bueno, como que la gente sea más amable entre sí."

-Sofía se inclinó y llenó su mano con agua, la vertió en las flores alrededor.

Sofía cerró los ojos y deseó en silencio. Valeria, en cambio, comenzó a pensar en lo que había visto y cómo había cambiado su perspectiva durante el día.

-Valeria: "De acuerdo, tal vez solo por esta vez... deseo que siempre podamos ser amigas, sin importar nuestras diferencias."

Tan pronto como Valeria terminó de hablar, una suave brisa atravesó el bosque y las flores comenzaron a florecer. El brillo de la fuente iluminaba el lugar, creando un ambiente mágico.

Sofía y Valeria se miraron, sorprendidas.

-Sofía: "¿Lo ves? El deseo está funcionando..."

-Valeria: "Quizás... no está tan mal ayudar a otros. Al final, eso nos ayuda a nosotras también."

Regresaron a casa, maravilladas.

-Sofía: "Hoy aprendí que a veces, ayudar a los demás nos hace sentir mejor que cualquier deseo material. ¿No creés?"

-Valeria: "Sí, es como si la amistad verdadera es el deseo más grande de todos."

Desde ese día, Valeria dejó de ser "La Emo Mala" y se convirtió en "La Amiga Especial". Aunque todavía mantenía su estilo único, empezó a ver la vida con un poco más de color, gracias a su amistad con Sofía.

Y así, en el pueblo de Arcoíris, las dos amigas enseñaron a todos que la verdadera magia reside en ayudar a los demás y valorar la amistad por sobre todas las cosas. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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