La amistad al rescate


un nuevo amigo. Fabián, la pequeña oruga y la mariposa gigante estaban muy tristes por la desaparición de su amiga hormiga. Sabían que debían hacer algo para encontrarla, pero no sabían por dónde empezar.

Un día, mientras jugaban en el jardín, vieron a una rana saltando cerca del río. Fabián se acercó a ella con curiosidad y le preguntó: "Señora Rana, ¿ha visto a nuestra amiga hormiga? Se cayó al río y no podemos encontrarla".

La rana miró a los tres amigos con ternura y les respondió: "No se preocupen, niños. Yo puedo ayudarlos a buscarla". La rana tenía un gran conocimiento sobre los animales del bosque y sabía cómo moverse en el agua.

Así comenzaron su búsqueda junto a la rana. Nadaron por el río y exploraron cada recoveco en busca de pistas sobre la hormiga perdida. Durante días enteros, no dejaron de buscar incansablemente.

Un día, mientras descansaban bajo un árbol después de otra jornada de búsqueda sin éxito, escucharon un susurro proveniente del viento. Era una voz dulce que decía: "Sigan buscando con valentía y nunca pierdan la esperanza".

Fabián se levantó emocionado y dijo: "¡Escuché algo! Debemos seguir adelante". Sus amigos asintieron con determinación y continuaron su búsqueda aún más motivados. Después de varios días más buscando sin resultados positivos, llegaron al corazón del bosque donde encontraron un nido abandonado.

Dentro había un mensaje escrito en hojas de árbol que decía: "Sigan el arcoíris y encontrarán a su amiga". Emocionados, los tres amigos siguieron el arcoíris hasta llegar a un hermoso prado lleno de flores de todos los colores.

Allí encontraron a la hormiga atrapada entre las raíces de un árbol caído. "Fabián, oruga y mariposa, ¡me encontraron!", exclamó la hormiga emocionada. Los abrazos y las risas llenaron el aire mientras celebraban su reencuentro.

Desde ese día, Fabián, la pequeña oruga, la mariposa gigante y la hormiga se convirtieron en inseparables amigos. Aprendieron que trabajar juntos, mantenerse valientes y nunca perder la esperanza eran las claves para superar cualquier obstáculo.

Cada vez que jugaban a las escondidas después de eso, recordaban lo importante que era cuidarse mutuamente y estar siempre dispuestos a ayudar. Y así, vivieron muchas aventuras juntos mientras crecían y aprendían sobre el mundo que les rodeaba.

Fabián comprendió la importancia del compañerismo y cómo cada uno tiene habilidades únicas para contribuir al grupo. Ya no solo tenía dos amigos preciosos, sino tres. Juntos descubrieron que con amor, perseverancia y amistad verdadera no hay nada imposible de lograr.

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