La amistad alada



Había una vez una niña llamada Helena, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos. Helena era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevos desafíos para aprender algo nuevo.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con una mariposa herida. Se acercó a ella y vio que tenía una ala rota. Helena sabía que las mariposas necesitaban sus alas para volar y ser felices.

Decidió llevarla a casa para cuidarla hasta que sanara. Cuando llegó a casa, su mamá la recibió con cariño y le preguntó qué había pasado. "Encontré esta mariposa herida en el bosque", dijo Helena mostrándole la pequeña criatura temblorosa en su mano.

"Espero que puedas ayudarla a sanar", respondió su mamá sonriendo. Helena decidió nombrar a la mariposa Noemí y dedicó todo su tiempo libre para cuidar de ella.

Le dio de comer flores dulces del jardín, agua fresca en un recipiente especial y la mantuvo caliente durante las noches frías. Con el tiempo, Noemí comenzó a recuperarse lentamente gracias al amoroso cuidado de Helena.

Un día, cuando ya estaba completamente sana, empezaron los problemas: Noemí no quería volar porque tenía miedo de volver a lastimarse sus alas. Helena intentaba animarla cada día diciéndole lo feliz que sería si pudiera volar libremente como todas las demás mariposas del mundo. Pero nada parecía funcionar.

Un día, mientras paseaban por el jardín, Helena vio que un grupo de mariposas volaba en círculos alrededor de una flor. "¡Mira, Noemí! ¡Esas mariposas están tan felices!", exclamó emocionada.

Noemí miró con tristeza y respondió: "Sé que debería estar feliz también, pero no puedo evitar tener miedo". Entonces Helena tuvo una idea brillante: "¿Qué tal si volamos juntas? Yo te sostendré hasta que te sientas segura para hacerlo sola". Noemí vaciló al principio, pero finalmente aceptó la oferta de Helena.

Juntas se elevaron en el aire y sintieron la brisa fresca acariciar sus rostros. Fue una experiencia única e inolvidable. Desde ese día en adelante, Noemí volaba libremente todos los días gracias al amor y apoyo de su amiga Helena.

Y aunque a veces había desafíos por delante, sabían que siempre podrían superarlos juntas.

FIN.

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