La Amistad Brillante
En un rincón mágico del océano, había una medusa llamada Lúmina que brillaba con luces de colores vivos. A diferencia de las otras medusas, que eran tímidas y se escondían entre las rocas, Lúmina siempre estaba lista para explorar y conocer nuevos amigos.
Un día, mientras danzaba en las corrientes marinas, Lúmina se topó con un delfín llamado Rayo. Él saltaba por encima de las olas, jugando y disfrutando del sol que se filtraba en el agua.
"¡Hola!" - gritó Lúmina, iluminándose aún más con su brillo.
Rayo se sumergió para observar mejor a la medusa y sonrió.
"¡Hola! Nunca había visto a una medusa así. ¡Eres hermosa!"
Lúmina se ruborizó con sus luces y respondió:
"Gracias, pero estoy un poco sola. Todos los demás se asustan de mí."
Rayo, que era muy amigable, le dijo:
"No te preocupes, ¡yo seré tu amigo! ¿Quieres jugar conmigo?"
Agradecida, Lúmina aceptó, y juntos comenzaron a jugar entre las burbujas y los corales. Lúmina era ligera y rápida, y Rayo saltaba y daba vueltas a su alrededor, haciendo que ella se riera con sus trucos. Pronto, se hicieron inseparables. Pero un día, durante una de sus aventuras, algo inusual ocurrió.
Mientras nadaban cerca de un arrecife, se encontraron con un grupo de peces payaso que estaban muy asustados.
"¿Qué les pasa?" - preguntó Rayo.
Uno de los peces, temblando, contestó:
"Un gran pez cazador nos está persiguiendo, y todos estamos muy asustados."
Lúmina, recordando que su resplandor podía asustar a los depredadores, tuvo una idea.
"Rayo, si nos unimos, podríamos ayudar a nuestros amigos. Yo puedo brillar muy fuerte para ahuyentar al pez cazador."
Rayo asintió con determinación.
"¡Eso es genial! Vamos a ayudarles."
Así que, juntos, idearon un plan. Mientras Rayo atraía la atención del pez cazador con acrobacias y saltos, Lúmina se posicionó detrás, preparándose para brillar intensamente.
Cuando el pez cazador se acercó, Rayo le dijo:
"¡Mirá cómo salto! ¡Soy un delfín muy rápido!"
El pez, curioso, empezó a seguirlo. En ese momento, Lúmina encendió su luz con todo su esplendor. El resplandor era tan brillante que incluso el pez cazador se detuvo, aturdido.
"¿Qué es eso?" - exclamó el pez, asustándose al ver la medusa resplandeciente.
Viendo la luz tan intensa, se dio la vuelta y se fue nadando rápidamente. Todos los peces payaso comenzaron a celebrar.
"¡Gracias, Lúmina! ¡Eres una heroína!" - gritaron con alegría.
Rayo aplaudió con su aleta y dijo:
"¡Lo hicimos juntos! Tu luz es increíble, Lúmina."
Desde ese día, Lúmina ya no se sintió sola. Había aprendido que su brillo era especial y que podía usarlo para ayudar a otros. Su amistad con Rayo se hizo más fuerte, y juntos continuaron explorando el océano, ayudando a todos los que podían.
Y así, en el fondo del mar, la medusa y el delfín demostraron que, aunque son diferentes, la verdadera amistad brilla y tiene el poder de iluminar incluso los momentos más oscuros.
FIN.