La amistad de Benito y Silvia



Había una vez en la selva un burrp llamado Benito, quien era conocido por su valentía y espíritu aventurero. Un día, mientras exploraba el bosque, se encontró con una serpiente llamada Silvia.

Ambos se miraron con desconfianza, ya que los burrps y las serpientes no solían llevarse bien. Benito, decidido a demostrar su valentía, levantó la cabeza y dijo: "¡Hola serpiente! ¿Qué haces aquí?"Silvia respondió con un siseo: "Estoy buscando comida para mi familia.

No quiero problemas contigo". Sin embargo, Benito no estaba dispuesto a dejarla pasar tan fácilmente. Él quería mostrarle a todos los animales de la selva lo intrépido que era.

"¡No me importa lo que busques! ¡Aquí no eres bienvenida!" - exclamó Benito con arrogancia. La serpiente se sintió amenazada por las palabras del burrp y decidió defenderse. Levantó su cabeza y mostró sus colmillos venenosos. "Si insistes en pelear, así será", dijo Silvia con determinación.

Ambos animales comenzaron a luchar ferozmente. El burrp saltaba de un lado a otro intentando morder a la serpiente, mientras ella esquivaba sus ataques rápidamente moviéndose ágilmente entre los árboles. Después de un rato de forcejeo, ambos quedaron agotados en el suelo.

Fue entonces cuando algo inesperado ocurrió: un grupo de cachorros perdidos apareció entre los arbustos llorando y asustados. Benito y Silvia, a pesar de sus diferencias, olvidaron su pelea al instante.

Ambos se acercaron a los cachorros para consolarlos y protegerlos. "¡Tenemos que llevarlos de regreso con sus familias!" - exclamó Benito. Silvia asintió con la cabeza y juntos buscaron por toda la selva hasta encontrar las madrigueras de los cachorros.

Uno por uno, los devolvieron sanos y salvos a sus hogares. Al finalizar su misión, Benito y Silvia se miraron el uno al otro con una nueva comprensión en sus ojos.

Habían aprendido una valiosa lección: la importancia de dejar de lado las diferencias y trabajar juntos para ayudar a otros. Desde ese día, Benito y Silvia se convirtieron en grandes amigos. Juntos exploraban el bosque, rescataban animales perdidos e incluso organizaban fiestas para celebrar la diversidad entre todos los habitantes de la selva.

Y así fue cómo un encuentro inesperado entre un burrp valiente y una serpiente decidida enseñó a todos que no importa cuán diferentes seamos, siempre podemos encontrar un camino hacia la amistad verdadera si dejamos atrás nuestros prejuicios y trabajamos juntos por el bien común.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!