La amistad de Caperucita y el Lobo



Había una vez en un bosque encantado, una niña llamada Caperucita Roja que siempre llevaba puesta su capa del mismo color. Un día, mientras caminaba hacia la casa de su abuelita, se encontró con el lobo feroz.

Pero en lugar de asustarse, Caperucita decidió acercarse y entablar una conversación. "Hola, señor Lobo", saludó Caperucita con valentía. -El lobo, sorprendido por la actitud de la niña, respondió: "Hola, pequeña Caperucita.

¿Qué haces sola por el bosque?""Voy a visitar a mi abuelita para llevarle esta cesta con comida", explicó ella señalando la canasta que cargaba. -El lobo miró la cesta con ojos brillantes y pensó en sus planes malvados.

Sin embargo, algo en la mirada sincera de Caperucita lo hizo reflexionar. Decidió abrir su corazón y confesarle a la niña que estaba cansado de ser temido y rechazado por todos en el bosque.

"¿Sabes, Caperucita? Muchas veces me siento solo y triste porque todos me juzgan sin siquiera conocerme", dijo el lobo con sinceridad. -Caperucita escuchaba atentamente y sintió compasión por él. Entonces tuvo una idea: "¡Podríamos ser amigos! No tienes que asustar a nadie para ser aceptado".

-El lobo se mostró incrédulo al principio, pero ante la amabilidad de la niña aceptó: "Está bien, seremos amigos". A partir de ese día, Caperucita Roja y el lobo se volvieron inseparables. Juntos recorrían el bosque ayudando a los animales necesitados y compartiendo momentos divertidos.

La noticia sobre esta extraña amistad pronto se extendió por todo el bosque. Un día, mientras paseaban cerca del arroyo, escucharon unos llantos provenientes de unos arbustos cercanos. Al acercarse descubrieron a un cachorro de zorro atrapado entre las ramas.

"¡Ayúdame por favor!", suplicaba el pequeño zorrito. -Caperucita no dudó un segundo y junto al lobo lograron liberar al cachorro sano y salvo.

-Agradecido, el zorrito les dijo: "Siempre creí que los lobos eran malos, pero veo que me equivoqué. Gracias por salvarme". -La historia se corrió como reguero de pólvora y desde entonces los animales del bosque comprendieron que no hay que juzgar a alguien solo por las apariencias.

Caperucita Roja enseñó al lobo a canalizar sus emociones negativas transformándolas en acciones positivas. Y así demostraron al mundo que incluso las amistades más improbables pueden florecer cuando hay bondad en los corazones.

Y colorín colorado este cuento ha terminado con un mensaje claro: nunca subestimes el poder de la amistad verdadera basada en el respeto mutuo y la empatía.

FIN.

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