La amistad de Cathy y Estrella


Cathy era una gatita blanca muy traviesa y curiosa que vivía en una linda casa con un gran jardín. Un día soleado, mientras jugaba persiguiendo mariposas, se adentró demasiado en el bosque cercano y se perdió.

- ¡Oh no! ¿Dónde estoy? -maullaba Cathy, asustada, mientras miraba a su alrededor. En ese momento, apareció Estrella, una gatita gris de ojos brillantes que había visto a Cathy desde lejos y decidió acercarse para ayudarla. - Hola, soy Estrella.

¿Estás perdida? Puedo llevarte de vuelta a casa si quieres -dijo amablemente Estrella. Cathy estaba tan contenta de encontrar ayuda que rápidamente aceptó la oferta de Estrella. Juntas emprendieron el camino de regreso a casa, sorteando obstáculos y peligros del bosque.

- ¡Gracias por ayudarme! No sé qué habría hecho sin ti -agradeció Cathy emocionada mientras caminaban. - De nada, siempre es bueno poder ayudar a alguien en apuros. Además, ahora tenemos una nueva amistad -respondió sonriente Estrella.

Con valentía y trabajo en equipo lograron salir del bosque y llegar sanas y salvas a la casa de Cathy. Los dueños de Cathy estaban muy preocupados por su desaparición y recibieron con alegría a las dos gatitas rescatadoras.

Desde ese día, Cathy y Estrella se convirtieron en inseparables amigas. Jugaron juntas en el jardín, exploraron nuevos lugares e incluso compartieron sus sueños más grandes.

- Sabes, gracias a ti aprendí que nunca debemos tener miedo de pedir ayuda cuando lo necesitamos -comentó Cathy con cariño hacia su amiga Estrella. - Y yo aprendí que siempre hay espacio para nuevas amistades y aventuras emocionantes -respondió feliz Estrella.

Así, entre risas y travesuras, las dos gatitas disfrutaron cada momento juntas recordando cómo un encuentro inesperado en el bosque las había unido para siempre. Y aunque el mundo fuera grande y desconocido, sabían que tenían una a la otra para enfrentarlo con valentía y amor verdadero.

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