La amistad de Guillem y Éric



En el colegio Escolapios, dos pequeños de tres años empezaron su aventura. Guillem, un niño lleno de curiosidad y sonrisas, siempre estaba haciendo preguntas. Éric, un poco más reservado, prefería escuchar y observar. No era raro ver a Guillem con su rulo rebelde saltando de un lado a otro mientras Éric lo miraba con una sonrisa cómplice.

"¿Viste esa mariposa? ¡Es de color azul!" - exclamó Guillem en una de sus expediciones por el patio.

"¡Sí! Es hermosa. ¿Podremos atraparla?" - respondió Éric, entusiasmado.

A los seis años, sus caminos se cruzaron en una clase de música. Desde ese momento, se volvieron inseparables. Comenzaron a tocar instrumentos, a cantar y a inventar melodías juntos. La profesora de música siempre los elogiaba por su complicidad y creatividad.

"Guillem, ¿te imaginas una canción sobre un dragón que vuela alto en el cielo?" - preguntó Éric un día, con los ojos brillantes.

"¡Sí! Y el dragón podría ser de colores brillantes y hacer FRIENDSHIPS con todos!" - respondió Guillem saltando de felicidad.

Así fue como comenzaron a crear su primer hit: "El Dragón Amigo". ¡Qué divertido fue ensayar!

A los ocho años, Guillem se preparaba para su primera comunión y Éric estaba muy emocionado por el gran día.

"Tienes que tocar el piano en tu fiesta, Guillem! Será increíble, ¡yo estaré ahí cantando!" - dijo Éric.

"No sé si tengo valor, Éric. ¿Y si me pongo nervioso?" - contestó Guillem con miedo.

Éric, con su mirada comprensiva, le respondió:

"Siempre estaré a tu lado. La música es nuestra, no hay nada de qué temer. ¡Vamos a ensayar!"

Los días pasaron y con cada ensayo, Guillem se sentía más confiado. La mañana de la celebración, el auditorio estaba lleno de amigos y familiares. Guillem se sentía como un pez en el agua y, cuando llegó el momento de tocar, se sintió más tranquilo al ver a Éric entre el público, sonriendo.

"¡Vamos, Guillem! ¡Tú podés!" - le gritó Éric desde la primera fila.

Con esa aliento, Guillem comenzó a tocar y a cantar. Las notas flotaban en el aire y su voz llenó el lugar. La alegría en su corazón crecía, y todo el miedo se desvaneció.

"¡Lo hiciste genial!" - le dijo Éric cuando terminó.

"¡Gracias! Sin vos, no lo habría logrado!" - respondió Guillem aún emocionado.

Después de la celebración, para celebrar su amistad y el éxito del recital, decidieron crear un club de música en su colegio. Invitaron a otros niños y comenzaron a crear un espacio donde todos podían compartir su amor por la música.

"Vamos a hacer una banda, Éric! ¡Así podremos divertirnos todos juntos!" - propuso Guillem.

"¡Sí! Le diremos a la profe que nos ayude, ¡será genial!" - agregó Éric, lleno de entusiasmo.

Y así, Guillem y Éric comenzaron una nueva aventura, donde la música y la amistad siempre serían sus compañeras. Juntos, aprendieron que el apoyo y la confianza en uno mismo son la clave para superar cualquier miedo. A partir de ese momento, cada vez que se sentían inseguros, se miraban, sonreían y recordaban lo que habían logrado juntos.

FIN.

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