La Amistad de las Estrellas



En un pequeño pueblo llamado Valle de las Estrellas, vivía una niña llamada Valentina. Valentina era curiosa y soñadora, pasaba sus tardes mirando las estrellas y contando las historias que se había inventado sobre ellas. Una noche, mientras observaba el firmamento, vio algo inusual. Una chispa brillante cruzó el cielo y, con un estruendo sordo, una nave extraterrestre cayó en la colina detrás de su casa.

Sin pensarlo dos veces, Valentina corrió hacia el lugar del impacto. Al llegar, encontró una nave extraña, de color plateado y llena de abolladuras. De repente, una compuerta se abrió y salió un pequeño extraterrestre de color verde, con grandes ojos que brillaban como dos luceros.

"¡Hola! Soy Zog!" - dijo el extraterrestre con una voz suave y juguetona.

"¡Hola! Soy Valentina. ¿Estás bien?" - respondió la niña, preocupada por el estado del pequeño ser.

Zog miró su nave averiada y suspiró.

"No estoy seguro. Necesito ayuda para repararla. Si no lo logro, no podré volver a mi hogar..."

Valentina se sintió triste por Zog, y decidió ayudarlo. Juntos, comenzaron a revisar la nave. Valentina tenía un gran espíritu de colaboración, así que se llenó de ideas creativas.

"Tal vez podamos usar algunas piezas de mi viejo triciclo para arreglar tus motores" - sugirió Valentina con una sonrisa.

"¡Eso sería genial!" - exclamó Zog emocionado.

Mientras buscaban herramientas, Valentina se dio cuenta de que Zog se sentía extraño en su entorno. Con cada chispa que soltaba su nave, Zog se asustaba un poco más.

"¿Por qué estás triste?" - preguntó Valentina.

"Es que en mi hogar, la gente es muy diferente. Todos son muy altos y tienen piel azul. No creo que me acepten después de esta aventura...".

Valentina se sentó junto a él y pensó por un momento.

"Zog, todos somos diferentes, y eso es lo que nos hace especiales. En Valle de las Estrellas, aprendí a aceptar la diversidad. No importa cómo se vean, lo que importa es cómo somos por dentro".

Zog sonrió, pero aún lucía preocupado. En ese instante, Valentina tuvo una idea brillante.

"¡Vamos a organizar una fiesta! Invitemos a los vecinos y les contaremos sobre ti. Estoy segura de que te querrán conocer".

Zog se entusiasmó con la idea y rápidamente comenzaron a preparar todo para la fiesta. Valentina decoró el lugar con luces hechas de papel y dibujó carteles que decían: "¡Ven a conocer a Zog, el amigo del espacio!".

La noche de la fiesta, los vecinos llegaron con curiosidad. Zog estaba nervioso, pero Valentina lo animó.

"Recuerda, ¡eres un gran amigo! La gente aquí valorará tu historia".

Cuando Zog se presentó, los niños lo miraron con asombro y alegría. Pronto, todos estaban riendo y riendo, jugando juegos y aprendiendo sobre el planeta de Zog. Los niños compartieron historias de su vida en Valle de las Estrellas, y Zog contó sobre su hogar distante lleno de estrellas de varios colores.

"¡Me encanta!" - dijo uno de los niños. "Es como si estuvieras en una película de aventuras".

Las risas y la música llenaron la noche. Al final de la velada, Valentina y Zog se sentaron bajo el cielo estrellado y compartieron un helado especial hecho por los padres de Valentina.

"¿Sabes?" - dijo Valentina mientras miraba hacia el cielo. "Quizás nuestras diferencias nos unan más".

"Y cada estrella en el universo brilla de manera única" - agregó Zog, sintiéndose cada vez más en casa.

Al día siguiente, Zog tuvo que arreglar su nave y prepararse para regresar a su planeta.

"No quiero irme, Valentina. Este ha sido el mejor viaje de mi vida" - dijo Zog con tristeza.

"Siempre serás mi amigo. Y recuerda, ¡puedes volver cuando quieras!" - respondió Valentina, abrazándolo con fuerza.

Con un último chispazo de luz y un zumbido suave, Zog se despidió de Valentina y de Valle de las Estrellas, llevando consigo un rincón del corazón de la niña y un poco de amor en su viaje de regreso a casa.

Y así, Valentina aprendió que las amistades pueden cruzar galaxias y que las diferencias son lo que nos hace brillar aún más. Nunca dejó de mirar las estrellas, porque sabía que Zog siempre estaría ahí, brillando en el cielo junto a ella.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!