La Amistad de Lila y Bruno



Había una vez, en un bosque lleno de colores, dos adorables animales: Lila, una curiosa conejita, y Bruno, un juguetón zorrito. Ambos vivían en una pequeña cueva cerca de un lago brillante. Un buen día, sus amigos del bosque decidieron organizar un viaje a Italia en avión. Lila y Bruno estaban muy emocionados, pero había un pequeño problema: ambos tenían unos juguetes muy especiales que no querían compartir.

"- ¡Mirá mi avión de juguete! Es el más rápido de todos!" dijo orgullosa Lila.

"- ¡Pero yo tengo un coche que puede ir bajo el agua! No quiero que juegues con él", respondió Bruno, cruzando los brazos.

A pesar de que todos los animalitos estaban felices por el viaje, la tensión entre Lila y Bruno crecía. En la tarde del viaje, cuando llegaron al aeropuerto del bosque, se dieron cuenta de que tenían que montar juntos en el avión, pero cada uno se aferraba a su juguete.

Al subir al avión, las cosas se pusieron más complicadas. El piloto era un sabio búho llamado Don Sabio, que veía todo desde su asiento de piloto.

"- Chicos, ¿por qué no comparten el espacio?" les preguntó Don Sabio.

"- ¡No!" gritaron en coro Lila y Bruno.

A medida que el avión despegaba, algo inusual ocurrió. Un fuerte viento comenzó a sacudir el avión, y los juguetes de Lila y Bruno volaron de sus patas y comenzaron a bailar por el pasillo.

"- ¡Mi avión!" gritó Lila, tratando de alcanzarlo.

"- ¡Y mi coche!" añadió Bruno, sin dejar de saltar.

Ambos se dieron cuenta de que, si no colaboraban, sus juguetes podrían caer y dañarse. Entonces, se miraron y sonrieron, entendiendo que podían ayudarse mutuamente.

"- ¡Atrapa mi avión y yo agarro tu coche!" propuso Lila, mientras Bruno movía sus patas rápidamente.

"- De acuerdo, hagámoslo juntos!" dijo Bruno.

Lila corrió tras su avión y, justo en el momento en que iba a caer, Bruno lo atrapó con su cola. Al mismo tiempo, Lila atrapó el coche de Bruno justo antes de dejárselo a la corriente del viento.

Cuando finalmente se sentaron juntos, se miraron con sonrisas y comenzaron a reír.

"- ¡Mirá cómo bailan!" exclamaron al unísono.

Una vez que el viento se calmó, el avión aterrizó suavemente en Italia. Todos los animales estaban muy emocionados por explorar el nuevo lugar. Lila y Bruno, aún riendo, se dieron cuenta de que disfrutar del viaje y de la aventura juntos era mucho más divertido que pelear por sus juguetes.

"- ¡Vamos a hacer un castillo de arena juntos!" sugirió Lila.

"- ¡Y después podemos jugar al escondite entre las ruinas!" contestó Bruno, alegremente.

Desde ese día, Lila y Bruno se convirtieron en los mejores amigos. Aprendieron que compartir hacía las aventuras más especiales y que siempre podía haber lugar para dos. En Italia, juntos exploraron los hermosos paisajes, probaron deliciosos pasteles y disfrutaron de la compañía de sus amigos.

Y así, la historia de Lila y Bruno se convirtió en una leyenda en el bosque, un relato que decía que la verdadera alegría se encuentra en compartir y en vivir momentos juntos.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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