La amistad de Lila y Max

Había una vez en un bosque encantado, dos animalitos muy especiales: Lila la liebre y Max el zorro. Ellos eran grandes amigos y les encantaba jugar juntos todos los días.

Un día, mientras jugaban a las escondidas, Max le dijo a Lila:-¡Te encontré! ¡Soy el mejor escondiéndome! Pero Lila se cruzó de patas y frunció el ceño. -¡Eso no vale! ¡Estabas haciendo trampa! -exclamó molesta. Max se sorprendió por la reacción de su amiga.

No entendía por qué se enojaba si solo estaban jugando. Sin embargo, en lugar de preguntarle qué pasaba, decidió alejarse molesto pensando que Lila era una mala perdedora. Los días pasaron y los amigos no volvieron a jugar juntos.

El bosque ya no tenía la misma alegría sin sus risas y juegos. Un hada que vivía cerca del lugar notó la tristeza que reinaba en el bosque y decidió intervenir para ayudar a resolver el conflicto entre Lila y Max.

El hada convocó a ambos animales al claro del bosque donde vivía y les preguntó qué había pasado entre ellos.

Lila contó cómo se sintió engañada cuando Max hizo trampa en el juego, mientras que Max explicó que nunca quiso hacer trampa intencionalmente, solo quería divertirse. El hada les explicó entonces que todo había sido un malentendido. Les recordó lo importante que era comunicarse claramente para evitar conflictos innecesarios.

Lila se dio cuenta de que debió haberle dicho a Max cómo se sentía en lugar de guardarse su molestia, y Max entendió que debió haber sido más honesto sobre sus acciones durante el juego.

Con esta nueva comprensión, Lila y Max se disculparon sinceramente el uno al otro y prometieron hablar abiertamente siempre para resolver cualquier malentendido que pudiera surgir entre ellos. Desde ese día, los amigos volvieron a ser inseparables, aprendiendo juntos la importancia de la comunicación efectiva en todas sus interacciones.

Y así, con amor, paciencia y comprensión mutua, lograron superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su amistad para siempre jamás.