La amistad de Lola y Benito


Había una vez en el bosque encantado de Conejilandia, una conejita llamada Lola. Lola era muy curiosa y juguetona, le encantaba explorar cada rincón del bosque y descubrir nuevas aventuras.

Pero tenía un pequeño problema: siempre que su cachorro, Benito, se echaba a dormir la siesta bajo la sombra de un árbol, ella no podía resistirse a molestarlo. Una tarde soleada, mientras Benito dormía plácidamente, Lola decidió acercarse sigilosamente para hacerle cosquillas en las orejas.

Benito se despertó sobresaltado y asustado, sin entender qué estaba pasando. "-¡Lola! ¡Por favor déjame dormir tranquilo!", exclamó Benito con voz cansada. Lola se sintió mal al ver la reacción de su amigo y decidió disculparse sinceramente.

"-Lo siento mucho, Benito. No quería asustarte, solo quería jugar", dijo Lola con tristeza en sus ojos. Benito suspiró y le explicó a Lola lo importante que era para él poder descansar adecuadamente para crecer fuerte y saludable.

Le contó que los cachorros necesitan dormir mucho para tener energía durante el día y aprender cosas nuevas. Lola comprendió la importancia de respetar el sueño de su amigo y prometió no volver a molestarlo mientras dormía.

Para demostrar su arrepentimiento, decidió prepararle una sorpresa especial a Benito: construir juntos una casa en el árbol donde pudieran jugar sin interrupciones. Durante días trabajaron juntos cortando ramas, clavando tablones y decorando la casita con flores silvestres.

La complicidad entre ambos creció mientras compartían risas y experiencias inolvidables. Finalmente, llegó el día de inaugurar la nueva casa en el árbol. Benito quedó maravillado al ver el esfuerzo de Lola por compensar su error inicial.

Se abrazaron emocionados y prometieron cuidarse mutuamente como verdaderos amigos. Desde ese día, Lola aprendió a valorar la importancia del respeto hacia los demás y entendió que ser amigable no significaba invadir el espacio personal de los demás.

Juntos vivieron muchas más aventuras en Conejilandia, fortaleciendo su amistad día tras día. Y colorín colorado este cuento ha enseñado que respetar el sueño ajeno es clave para mantener una convivencia armoniosa en cualquier lugar del mundo animal ¡Que así sea siempre!

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