La amistad de Lola y Lucía
Había una vez en un hermoso campo de Hato Mayor, República Dominicana, una baca llamada Lola.
Lola era diferente a las demás vacas del hato, ya que en lugar de pasar el día comiendo y descansando, a ella le encantaba leer y estudiar. Desde pequeña, Lola mostraba interés por los libros que encontraba tirados por el campo.
En lugar de ignorarlos como hacían las demás vacas, ella los recogía y se pasaba horas leyéndolos bajo la sombra de un frondoso árbol. Un día, mientras leía un libro sobre matemáticas avanzadas, llegó al hato una familia con su hija Lucía. Lucía era una niña muy curiosa que se acercó a Lola intrigada por ver a una vaca leyendo.
"¡Wow! ¡Nunca había visto algo así! ¿Qué estás leyendo?", preguntó Lucía emocionada. "Hola Lucía, estoy estudiando matemáticas. Me encanta aprender cosas nuevas", respondió Lola con una sonrisa.
Lucía quedó impresionada por la inteligencia de Lola y decidió pasar más tiempo con ella para aprender juntas. Así comenzó una hermosa amistad entre la baca estudiosa y la niña curiosa. Días después, mientras paseaban juntas por el campo, escucharon un fuerte ruido proveniente del bosque cercano.
Intrigadas, decidieron ir a investigar y descubrieron que un grupo de animales del bosque estaba en problemas. Un zorro astuto los había engañado para robarles sus alimentos.
Sin dudarlo, Lola y Lucía idearon un plan para ayudar a sus nuevos amigos del bosque. Gracias a los conocimientos matemáticos de Lola y la creatividad de Lucía, lograron engañar al zorro y recuperar los alimentos robados. Los animales del bosque quedaron muy agradecidos con Lola y Lucía por haberlos ayudado.
A partir de ese día, formaron un equipo inseparable que trabajaba junto para resolver problemas en el campo y en el bosque. Con el tiempo, la fama de la baca estudiosa de Hato Mayor se extendió por toda la región.
Muchos niños venían a visitarla para escuchar sus historias e incluso algunos adultos buscaban su sabiduría para resolver problemas difíciles.
Lola demostró que no importa lo diferente que seas; siempre puedes hacer grandes cosas si aprovechas tus talentos y trabajas en equipo con quienes te rodean. Y así, entre aventuras emocionantes y lecciones aprendidas, Lola enseñó a todos que el conocimiento es poder y que nunca es tarde para seguir aprendiendo cada día.
FIN.