La amistad de Luna y Martina



Luna estaba muy triste por tener que dejar su hogar y a su mejor amiga, pero sabía que no tenía otra opción.

Su familia se mudaba a una ciudad nueva por razones de trabajo y ella tendría que adaptarse a un nuevo ambiente. Cuando llegaron al nuevo hogar, Luna sintió una sensación extraña en su estómago. Todo era diferente allí, desde la casa hasta las calles y las personas.

No conocía a nadie y no sabía cómo hacer amigos en ese lugar. Los primeros días fueron difíciles para Luna. Pasaba la mayor parte del tiempo encerrada en su habitación, pensando en su amiga lejana y lamentándose por el cambio repentino en su vida.

Pero un día decidió salir a dar un paseo por el barrio para explorar un poco más. Fue entonces cuando conoció a Martina, una chica de la misma edad que ella que estaba jugando con su perro en el parque cercano.

Al principio Luna estaba tímida e insegura sobre hablar con ella, pero Martina fue muy amable y acogedora desde el principio. —"Hola" , dijo Martina sonriendo. "¿Eres nueva aquí? Nunca te había visto antes. ""Sí", respondió Luna tímidamente.

"Acabo de mudarme con mi familia. "Martina invitó a Luna a jugar con ella y sus amigos esa tarde, lo cual sorprendió gratamente a Luna ya que nunca antes había sido incluida tan fácilmente en un grupo social.

A partir de ese momento, Luna comenzó a pasar más tiempo afuera de casa haciendo nuevos amigos y descubriendo nuevas cosas sobre la ciudad. Sin embargo, no todo fue fácil para Luna durante esta transición.

A veces extrañaba su antigua casa y a su amiga de toda la vida, lo cual le hacía sentirse triste y sola. Pero cada vez que se sentía así, recordaba que estaba haciendo nuevas amistades y experimentando cosas nuevas en esta nueva ciudad.

Con el tiempo, Luna se acostumbró a su nuevo hogar y comenzó a disfrutar de todo lo que tenía para ofrecer. Aprendió que nada dura para siempre, pero que siempre hay algo nuevo por descubrir.

Y aunque extrañara a su amiga lejana, sabía que ella siempre estaría allí para ella cuando la necesitara. Desde entonces, Luna aprendió una valiosa lección sobre la importancia de tener una mente abierta y ser receptivo con los demás.

También aprendió a apreciar las relaciones cercanas en su vida y cómo mantenerlas fuertes incluso cuando están separados por grandes distancias.

FIN.

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