La amistad de Lupita y Rambo

Lupita era una niña alegre y curiosa, siempre dispuesta a descubrir nuevas aventuras en su pequeño pueblo. Su mejor amigo era Rambo, un perrito travieso y juguetón que la acompañaba a todas partes.

Juntos recorrían los campos, exploraban el bosque cercano y jugaban sin parar. Un día, mientras Lupita se preparaba para ir al colegio, notó que Rambo estaba un poco triste. Se acercó a él y le preguntó con cariño: "¿Qué te pasa, amiguito?".

Rambo movió la cola lentamente y con sus ojos tiernos le respondió: "-Es que me siento solo cuando no estás aquí". Lupita comprendió enseguida cómo se sentía su querido compañero animal.

Decidió llevarlo escondido en su mochila al Kinder ese día. Cuando llegaron, Lupita se aseguró de que nadie los viera entrar juntos. Durante la clase, Rambo se mantuvo tranquilo dentro de la mochila de Lupita, disfrutando de su cercanía.

Al terminar las clases, Lupita sacó a Rambo de la mochila y lo llevó al patio del colegio. Fue entonces cuando el maestro los descubrió y le dijo a Lupita que los animales no podían estar dentro del Kinder por razones de seguridad e higiene.

Lupita sintió miedo pero decidió enfrentar la situación con valentía. "-Lo siento mucho maestro, no quería desobedecer las reglas", dijo Lupita con voz temblorosa.

El maestro la miró con comprensión y le explicó amablemente por qué era importante respetar esas normas. Lupita entendió la importancia de seguir las reglas aunque fueran difíciles a veces. Aprendió también que debía comunicarse abierta y honestamente sobre sus sentimientos para encontrar soluciones juntos.

Desde ese día, Lupita siguió despidiéndose de Rambo con un beso antes de ir al Kinder, pero ahora entendía que debían respetar ciertas normas para mantenerse seguros y felices. La amistad entre ellos creció aún más fuerte al superar juntos ese desafío.

Así, Lupita aprendió valiosas lecciones sobre responsabilidad, respeto y comunicación gracias a su fiel amigo Rambo. Juntos continuaron explorando el mundo con alegría y complicidad en cada paso que daban.