La amistad de Pili



Había una vez en la plaza del barrio una paloma muy especial llamada Pili. A diferencia de las otras palomas, a ella le encantaba hacer amigos con los niños que jugaban por ahí.

Siempre se acercaba a ellos y les hacía compañía mientras jugaban. Un día, un niño llamado Lucas llegó a la plaza en su bicicleta nueva y llevaba consigo un paquete de popcorn para disfrutar mientras veía a sus amigos jugar.

Pili se acercó a él y comenzaron a charlar. "Hola Pili, ¿quieres un poco de popcorn?"- preguntó Lucas. "¡Sí, por favor!"- respondió emocionada la paloma.

Mientras compartían el popcorn, Lucas le contó que estaba aprendiendo a andar en bicicleta sin rueditas traseras y que estaba nervioso por intentarlo solo. Pili le dijo que no tenía nada de qué preocuparse porque ella estaría allí para ayudarlo si lo necesitaba. Lucas se animó y comenzó a practicar.

Al principio fue difícil mantener el equilibrio sin las rueditas traseras, pero cada vez iba mejorando gracias al apoyo de Pili. Juntos pedaleaban por toda la plaza mientras comían popcorn y reían juntos.

Pero entonces algo inesperado sucedió: un perro grande apareció corriendo hacia ellos gruñendo amenazadoramente. Lucas entró en pánico y cayó al suelo asustado, lastimándose una rodilla. Pero Pili no se quedó quieta viendo todo eso: volando valientemente hacia el perro, lo distrajo hasta que finalmente huyera asustado.

Luego, Pili volvió con Lucas y lo consoló mientras le curaba la herida. "¡Eres muy valiente Pili! ¡Gracias por ayudarme!"- dijo Lucas mientras se secaba las lágrimas. "No tienes nada que agradecer, amigo.

Los amigos siempre están allí para ayudarse mutuamente"- respondió Pili con una sonrisa. Desde ese día, Lucas y Pili se convirtieron en grandes amigos inseparables. Aprendieron juntos a andar en bicicleta sin rueditas traseras y pasaron tardes enteras jugando en la plaza.

Y aunque el perro nunca volvió a aparecer, sabían que podían contar el uno con el otro ante cualquier adversidad.

La moraleja de esta historia es que los amigos verdaderos siempre están allí para apoyarse mutuamente y superar cualquier miedo o dificultad juntos.

FIN.

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