La amistad de Pol y Clara



Había una vez en un hermoso jardín, un gusano llamado Pol que vivía feliz y tranquilo bajo la tierra. Pol era un gusano muy curioso y siempre estaba explorando su entorno, buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras Pol se deslizaba por la tierra húmeda en busca de hojas frescas para comer, escuchó el sonido de unas alas batiendo fuertemente. Al mirar hacia arriba, vio a una cigüeña enorme llamada Clara volando sobre él.

- ¡Pol! ¡Pobre gusanito! ¡Te tengo atrapado! -gritó Clara con malicia mientras descendía rápidamente hacia él. Pol asustado comenzó a moverse lo más rápido que pudo, intentando escapar de las afiladas garras de Clara.

La cigüeña estaba decidida a atraparlo para llevárselo a sus crías como almuerzo. - ¡No me atraparás, Clara! ¡Soy pequeño pero muy astuto! -exclamó Pol mientras zigzagueaba entre las raíces de los árboles y se escondía en agujeros diminutos.

Clara no se dio por vencida y continuó persiguiendo a Pol por todo el jardín. Sin embargo, cada vez que parecía estar cerca de atraparlo, el ingenioso gusano encontraba una manera creativa de escapar. Después de un rato persiguiendo a Pol sin éxito, Clara finalmente se detuvo exhausta y frustrada.

Sentada en el suelo con su pico entreabierto respirando agitadamente, miró alrededor y no pudo ver rastro del astuto gusano. - ¿Dónde estás, Pol? -preguntó Clara con resignación-.

No puedo creer que un simple gusano haya logrado burlarme una y otra vez. De repente, desde detrás de una piedra cercana surgió la cabezita sonriente de Pol. - Aquí estoy, Clara. Te dije que soy astuto y rápido como el viento -dijo Pol con orgullo-.

Pero no quiero que esto sea solo una competencia entre nosotros dos. ¿Por qué no nos ayudamos mutuamente en lugar de perseguirnos? Clara quedó sorprendida por la propuesta del simpático gusano.

Nunca antes había pensado en trabajar junto a sus presas en lugar de cazarlas. - Tienes razón, Pol. Perdón por querer comerte antes -dijo Clara sinceramente-. A partir de ahora seremos amigos y nos ayudaremos mutuamente en este hermoso jardín.

Desde ese día en adelante, Pol y Clara se convirtieron en grandes amigos. El inteligente gusano ayudaba a la ágil cigüeña a encontrar los mejores lugares para pescar peces mientras ella cuidaba del pequeño gusanito advirtiéndole sobre posibles peligros acechando bajo tierra.

Así demostraron que la amistad puede surgir incluso entre los seres más diferentes e inesperados. Y juntos recorrieron el jardín compartiendo aventuras y aprendiendo uno del otro cada día.

FIN.

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