La amistad de Rosa y el lobo


Había una vez una niña llamada Rosa, a quien le encantaba explorar el bosque cerca de su casa. Un día, mientras caminaba entre los árboles, se encontró con un lobo.

En lugar de asustarse, Rosa decidió acercarse al lobo para hacerse su amigo. -Hola, lobo. ¿Por qué estás solo en el bosque? -preguntó Rosa con curiosidad. El lobo, sorprendido por la valentía de la niña, decidió hablar con ella. -Hola, Rosa.

Estoy solo porque los demás lobos en el bosque no son buenos. Ellos hacen daño a otros animales. - le respondió el lobo. A pesar de lo que el lobo le contaba, Rosa decidió confiar en él y juntos empezaron a jugar y explorar el bosque.

Con el tiempo, se hicieron buenos amigos. Un día, mientras jugaban, el lobo le mostró a Rosa cómo aullar a la luna. Fue entonces cuando una manada de lobos malos se acercó, pero al escuchar a Rosa, se alejaron.

El lobo le explicó a Rosa que la magia de su aullido había asustado a los lobos malos. Desde ese día, Rosa comprendió que no todos los lobos son iguales, pero también aprendió que no se debe confiar en personas desconocidas.

Ella demostró que, a pesar de lo que le contaron sobre los lobos, su amistad con el lobo demostró que todos merecen una oportunidad.

Y así, juntos, Rosa y el lobo continuaron explorando el bosque, siendo grandes amigos, recordando siempre la importancia de la confianza y la prudencia en sus aventuras.

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