La amistad de Samy y Lulu



Había una vez en el bosque un coneja llamada Samy, que vivía en una acogedora madriguera. Samy tenía una mejor amiga llamada Lulu, con quien compartía momentos inolvidables desde hace diez años.

Ellas eran muy confiadas la una en la otra, siempre juntas en las buenas y en las malas. Sin embargo, algo había estado molestando a Lulu últimamente. Simplemente se sentía cansada de Samy, como si ya no pudiera seguir compartiendo todo con ella.

Un día, mientras Samy buscaba zanahorias, Lulu se acercó a ella con una mirada seria. - 'Samy, necesito hablar contigo', dijo Lulu con voz preocupada. - 'Claro, Lulu, ¿qué sucede?', respondió Samy con curiosidad.

- 'Es que siento que ya no estamos compartiendo las cosas de la misma manera que antes. Ya no me entusiasma pasar tiempo contigo como solía hacerlo', confesó Lulu con tristeza. Samy quedó sin palabras, sintiendo cómo su corazón se apretaba. - 'Lo siento mucho, Lulu.

No me di cuenta de que te sentías así. ¿Hay algo que pueda hacer para mejorar las cosas entre nosotras?', respondió Samy, tratando de contener las lágrimas. - 'Creo que necesitamos un espacio para nosotras mismas.

Tal vez pasar un tiempo separadas nos ayude a apreciar nuevamente nuestra amistad', propuso Lulu con sinceridad. Samy asintió con tristeza, comprendiendo que quizás era lo mejor para ambas. Con el corazón apretado, cada una se retiró a sus propios rincones del bosque, dándose espacio para reflexionar.

El tiempo pasó y, poco a poco, Samy y Lulu comenzaron a extrañarse mutuamente. Las risas, las aventuras compartidas y la calidez de su amistad parecían ser irreemplazables. Un día, Samy decidió buscar a Lulu para hablar con ella.

- 'Lulu, he estado pensando mucho en todo lo que dijiste, y extraño mucho nuestra amistad. Me doy cuenta de lo especial que es nuestra complicidad y no quiero perderla', confesó Samy con sinceridad. Lulu, con una sonrisa, abrazó a Samy.

- 'Yo también he estado pensando, Samy, y siento lo mismo. Nuestra amistad es valiosa, pero necesitábamos darnos cuenta de ello por separado. Ahora que lo sabemos, podemos fortalecer nuestra amistad de una manera nueva y especial', expresó Lulu con alegría.

Desde entonces, Samy y Lulu aprendieron que, aunque a veces es necesario darse un espacio, la amistad verdadera siempre encuentra una forma de renovarse. Juntas, se prometieron cuidar y valorar su precioso lazo de amistad para siempre.

FIN.

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