La amistad de Sofía y Lila
Había una niña llamada Sofía que tenía un don muy especial: podía hablar con los animales. Desde pequeña, había descubierto que era capaz de comunicarse con ellos y entender lo que decían.
Un día, mientras caminaba por el parque, se encontró con una ardilla muy curiosa y juguetona. La ardilla saltaba de rama en rama y corría por el pasto sin parar.
Sofía se acercó a ella y le dijo:- Hola amiguita, ¿cómo te llamas? La ardilla la miró con sus ojos brillantes y respondió:- Me llamo Lila, ¿y tú? - Soy Sofía -dijo la niña-. Me encanta hablar con los animales.
¿Quieres ser mi amiga? Lila asintió emocionada y juntas comenzaron a jugar por todo el parque. Saltaban sobre las hojas secas, trepaban árboles y compartían deliciosas nueces. A partir de ese día, Sofía visitaba a Lila todos los días en el mismo lugar del parque.
Juntas vivieron muchas aventuras e incluso salvaron a un pajarito que se había caído del nido. Pero un día todo cambió cuando apareció un gato callejero que quería atrapar a Lila para comérsela.
La ardilla corrió tan rápido como pudo pero no podía escapar de las garras del felino.
Sofía sabía que tenía que hacer algo para ayudar a su amiga así que rápidamente buscó ayuda entre los demás animales del parque: los pájaros le avisaron al zorro quien llegó justo a tiempo para ahuyentar al gato y salvar a Lila. Después de ese día, Sofía entendió que tener amigos es muy importante y que siempre hay que estar dispuesto a ayudarlos.
Además, aprendió que la amistad no tiene límites y puede surgir en los lugares más inesperados. Desde entonces, Sofía y Lila son inseparables y siguen disfrutando del parque juntas todos los días.
Y cada vez que alguien le pregunta cómo hizo para hacer amigos con un animal tan especial, ella simplemente responde:- Es fácil si sabes escuchar lo que dicen. Los animales tienen mucho por enseñarnos si les prestamos atención.
FIN.