La amistad de Sofía y Valentina
Había una vez una niña llamada Sofía que se mudó a un nuevo barrio y tuvo que empezar en una escuela diferente.
Estaba muy nerviosa por conocer a sus nuevos compañeros y hacer amigos, pero también estaba emocionada por la aventura que le esperaba. El primer día de clases, Sofía llegó temprano y se encontró con un grupo de chicos que estaban jugando en el patio. Se acercó tímidamente y les preguntó si podía unirse a ellos.
Los niños la miraron con curiosidad, algunos sonrieron y otros parecían indiferentes. "Hola, soy Sofía. ¿Puedo jugar con ustedes?" -dijo ella con voz suave. "Claro, vení" -respondió Martín, uno de los chicos más simpáticos del grupo.
Sofía se sintió aliviada al ser aceptada e inmediatamente se integró al juego. Sin embargo, notó que había una niña llamada Valentina que la miraba con desconfianza desde lejos.
Eso hizo que Sofía se sintiera incómoda y dudara si realmente podría hacer amigos en su nueva escuela. Los días pasaron y Sofía intentaba acercarse a Valentina para entablar amistad, pero siempre recibía respuestas cortantes o simplemente era ignorada.
Esto generaba en ella sentimientos de tristeza y frustración, ya que no entendía por qué Valentina actuaba de esa manera. Un viernes, durante el recreo, Valentina se acercó finalmente a Sofía:"Perdón por ser tan fría contigo estos días.
Es solo que me cuesta confiar en las personas nuevas" -explicó Valentina con sinceridad. Sofía comprendió entonces que Valentina tenía miedo de abrirse a alguien nuevo por experiencias pasadas y decidió darle tiempo para ganarse su confianza.
Poco a poco, ambas niñas comenzaron a compartir momentos juntas: charlaban durante los recreos, colaboraban en las tareas grupales y hasta descubrieron que tenían gustos similares por los libros de aventuras. Con el correr de las semanas, Sofía fue integrándose cada vez más al grupo de amigos y logró superar sus miedos iniciales.
Aprendió la importancia de ser paciente, comprensiva y empática con los demás; también entendió que cada persona tiene sus propias razones para comportarse de cierta manera.
Al final del año escolar, Sofía no solo tenía nuevos amigos en la escuela sino también grandes recuerdos compartidos con Valentina, quien se convirtió en su mejor amiga. Juntas vivieron muchas aventuras e incluso organizaron una obra de teatro para toda la clase.
La historia de Sofía nos enseña que es normal sentirse nervioso o inseguro al enfrentar situaciones nuevas; sin embargo, si mantenemos una actitud abierta y positiva hacia los demás, podemos superar cualquier obstáculo y construir relaciones significativas basadas en el respeto mutuo y la empatía.
Y así fue cómo nuestra protagonista descubrió el verdadero valor de la amistad en su camino hacia crecer como persona.
FIN.