La amistad del cangrejo y la gaviota
En la hermosa costa argentina, vivía un cangrejo llamado Carlos. Carlos se sentía muy solo en la playa, ya que los demás animales lo evitaban por miedo a sus pinzas.
Un día, mientras paseaba por la orilla, vio a una gaviota llamada Valentina que parecía triste. Carlos se acercó a ella y le preguntó qué le pasaba. -Hola, ¿estás bien? -preguntó Carlos con voz amable. -Hola, cangrejo.
Estoy un poco triste porque no encuentro suficiente comida para mí y para mis polluelos -respondió Valentina con preocupación. Carlos, conmovido por la tristeza de la gaviota, le propuso ayudarla a buscar comida. Juntos recorrieron la playa en busca de deliciosos peces y caracoles para Valentina y sus polluelos.
La gaviota, agradecida, le ofreció al cangrejo su amistad y lo invitó a volar con ella para que pudiera ver el mar desde lo alto. Carlos, emocionado, aceptó la invitación y juntos disfrutaron de las maravillosas vistas desde el cielo.
A partir de ese día, Carlos y Valentina se convirtieron en grandes amigos, ayudándose mutuamente y compartiendo momentos especiales.
La amistad entre el cangrejo y la gaviota enseñó a todos los animales de la costa que la verdadera amistad no conoce de diferencias y que juntos siempre se puede lograr más.
FIN.