La amistad del colibrí y el aguacate



Había una vez en un hermoso jardín, un árbol de aguacate muy especial. Este árbol no solo daba los mejores aguacates de la región, sino que también era hogar de un pequeño y colorido colibrí llamado Pichi.

Pichi era un colibrí curioso y alegre que todos los días visitaba al árbol de aguacate para jugar y conversar con él. Les encantaba compartir historias sobre sus aventuras y sueños.

Un día, el árbol de aguacate notó que algunas ramas estaban marchitas y tristes. Se sentía débil y preocupado por su salud. Pichi, al verlo tan apagado, decidió ayudarlo. "¿Qué te pasa, querido amigo árbol? Estás tan triste hoy", dijo Pichi con cariño.

El árbol suspiró y respondió: "Querido Pichi, siento que estoy perdiendo fuerzas. Mis raíces están cansadas, y mis ramas ya no dan frutos como antes.

"Pichi se puso pensativo por un momento y luego exclamó: "¡Tengo una idea! Escuché que si cantamos juntos melodías alegres y llenas de amor, puedes recuperar tu vitalidad. "El árbol de aguacate asintió emocionado ante la propuesta del colibrí. Así comenzaron a cantar juntos todas las mañanas.

La dulce voz del colibrí se mezclaba con el murmullo del viento entre las hojas del árbol. Día tras día, el árbol de aguacate comenzó a sentirse más fuerte y feliz. Sus ramas volvieron a estar verdes y cargadas de frutos jugosos.

Todo gracias al amoroso canto del pequeño Pichi. Un día, una gran tormenta azotó el jardín con fuerza. El viento soplaba con violencia, amenazando con arrancar las ramas del árbol de aguacate.

Pichi se aferró valientemente a una rama mientras gritaba: "¡Ánimo amigo! ¡No permitiremos que esta tormenta nos derrote!"El árbol resistió con entereza gracias al apoyo incondicional del colibrí. Finalmente, la tormenta amainó dejando todo en calma nuevamente.

El sol brillaba radiante en el cielo despejado mientras el árbol de aguacate miraba agradecido a su amigo Pichi. "Gracias por estar siempre a mi lado en los momentos difíciles", dijo con emoción. "Siempre estaré aquí para ti querido amigo", respondió Pichi con una sonrisa llena de afecto.

Desde ese día, la amistad entre el colibrí Pichi y el árbol de aguacate se fortaleció aún más. Juntos demostraron que la verdadera amistad puede superar cualquier adversidad y hacer florecer incluso los corazones más marchitos.

FIN.

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