La amistad en el baño



Había una vez en un baño muy lejano, vivían dos personajes muy diferentes: la caca y el pis. La caca era una bolita marrón y la pis era líquido amarillo.

Ambos eran amigos de los demás objetos del baño, pero nunca se habían encontrado cara a cara. Un día, mientras la caca estaba descansando en su lugar de siempre, la pis decidió salirse de su camino habitual para buscar aventuras nuevas.

Mientras caminaba por el piso del baño, notó algo extraño debajo de sus pies. Era la caca que estaba justo en frente de ella. "¡Ew! ¿Qué eres tú?", preguntó sorprendida la pis.

La caca se sintió ofendida al escuchar esto y respondió con tristeza: "Soy una caca". "Pero... ¡eres tan fea!", dijo la pis sin pensar. La caca se sintió aún más triste y empezó a llorar.

Pero entonces recordó las palabras sabias que su abuela le había enseñado: "No importa cómo te veas por fuera, lo importante es quién eres por dentro".

Con esta nueva confianza en sí misma, la caca levantó su cabeza y miró fijamente a los ojos de la pis diciendo: "Quizás no sea tan bonita como tú, pero soy útil e importante para mantener este baño limpio".

La pis se dio cuenta entonces de que había sido muy injusta con su amiga nueva y decidió disculparse: "Lo siento mucho por haber sido tan superficial. Tienes razón sobre ser útil e importante para este lugar". A partir de ese momento, la caca y el pis se convirtieron en grandes amigos.

Juntos aprendieron a trabajar juntos para mantener el baño limpio y feliz. La caca ayudaba a absorber los malos olores mientras que la pis se encargaba de llevar todo hacia las tuberías.

Desde entonces, todos los objetos del baño vivían en armonía gracias a la lección que habían aprendido: nunca juzgar por las apariencias sino valorar lo importante que es cada uno en su propio lugar.

Y así fue como la amistad entre la caca y el pis enseñó una valiosa lección a todos los niños y niñas del mundo sobre el respeto y aceptación de las diferencias.

FIN.

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