La amistad en el bosque encantado
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegría, una familia muy especial: Liz, Elitza y Janes.
Liz era una mamá osita cariñosa y amorosa, Elitza era su hija osita curiosa y valiente, y Janes era el papá osito fuerte y trabajador. Juntos formaban la familia Familia Feliz. Un día soleado, Liz decidió llevar a Elitza y Janes de paseo al bosque encantado que se encontraba al otro lado del río Brillante.
La mamá osita sabía que en ese lugar mágico podrían vivir grandes aventuras y aprender cosas nuevas. Al llegar al bosque encantado, Elitza no podía contener su emoción y corría de un lado a otro explorando todo lo que veía a su paso.
Janes la seguía riendo mientras Liz los observaba con ternura. De repente, mientras Elitza jugaba cerca de un árbol gigante, escucharon un ruido extraño proveniente de lo más profundo del bosque. Intrigados, decidieron ir a investigar juntos.
"¡Qué emoción! ¿Será un tesoro escondido o tal vez un hada perdida?", dijo Elitza emocionada. "No lo sé cariño, pero debemos estar atentos", respondió Liz con voz serena.
Caminaron entre los árboles altos y frondosos hasta llegar a una clara del bosque donde encontraron a Luna, una linda lechuza herida en una de sus alas. "¡Pobrecita Luna! Necesita nuestra ayuda", exclamó Elitza preocupada por la lechuza herida.
Sin dudarlo ni un segundo, Liz tomó a Luna con cuidado en sus brazos para llevarla a casa y curarla. Durante días, la familia Familia Feliz cuidó de Luna con mucho amor y paciencia hasta que finalmente pudo volar nuevamente por el bosque encantado.
Agradecida por la generosidad de la familia osita, Luna les mostró un camino secreto detrás de la cascada brillante que los llevó a un claro lleno de flores multicolores donde descubrieron el tesoro más valioso: la amistad verdadera.
"¡Gracias queridos amigos por ayudarme cuando más los necesité! Ahora tienen mi amistad eterna", dijo Luna con gratitud en sus ojos brillantes.
Desde ese día, Liz, Elitza y Janes visitaban regularmente el claro secreto detrás de la cascada brillante para jugar con Luna y todas las criaturas mágicas del bosque encantado. Aprendieron que siempre hay bondad en ayudar a los demás desinteresadamente y que las mejores aventuras son aquellas compartidas con amigos verdaderos.
La familia Familia Feliz siguió viviendo momentos inolvidables juntos mientras exploraban nuevos lugares llenos de magia e imaginación en el maravilloso mundo del bosque encantado. Y así fue como Liz, Eliza, Janes lograron convertirse en una familia feliz gracias al valor, el amor, la solidaridad.
FIN.