La Amistad en el Monte



En un hermoso monte lleno de flores y árboles frondosos, vivía una niña llamada Sofía. Sofía era curiosa, aventurera y siempre estaba explorando nuevos rincones del bosque. Un día, mientras recogía flores silvestres, encontró un pequeño ratón con una gorra de paja y unas anteojos grandes.

"¡Hola!" - dijo Sofía, acercándose al ratón con una sonrisa "¿Quién sos?"

"¡Hola! Soy el Ratón Pérez!" - respondió el ratón, ajustándose las gafas, "Vivo aquí en el monte, y me gusta coleccionar dientes de leche que los niños dejan debajo de la almohada. Pero no solo eso, también disfruto de hacer amigos como vos!"

Desde ese día, Sofía y el Ratón Pérez se hicieron inseparables. Cada tarde, se encontraban para jugar y compartir historias sobre sus aventuras. Un día, mientras exploraban un pequeño arroyo, Sofía notó que el agua estaba muy sucia.

"¡Mirá cómo está el agua! No se puede jugar aquí. ¿Qué podemos hacer?" - dijo Sofía, preocupada.

"Es cierto, debemos ayudar a que el arroyo esté limpio. Si no, los animales que viven cerca tendrán problemas," - contestó el Ratón Pérez con seriedad.

Decidieron hacer un plan. Juntos, invitaron a sus otros amigos del monte, como la ardilla, el zorro y la tortuga.

"¡Vamos a limpiar el arroyo!" - propuso Sofía, emocionada.

"¡Sí, podemos hacerlo!" - respondió la ardilla, saltando de alegría.

Después de reunir a todos, Sofía explicó:

"Cada uno de nosotros puede traer algo: yo buscaré bolsas y guantes; el Ratón Pérez puede hacer carteles para informar sobre la limpieza del arroyo y los demás pueden traer lo que tengan para ayudar también."

Todos se pusieron a trabajar y pronto el arroyo fue limpiado. Pero a medida que recolectaban basura, se dieron cuenta de que había un problema aún mayor.

"¡Miren esto!" - gritó el zorro, al descubrir unas botellas rotas "Esto puede lastimar a alguien. ¡Debemos llevarlas a un lugar seguro!"

"Exactamente," - afirmó el Ratón Pérez, "No solo limpiamos, también tenemos que proteger a nuestros amigos."

Entonces, decidieron crear un rincón en el monte llamado "El Refugio Verde", donde todos podrían dejar basura de manera segura y aprender sobre el cuidado de la naturaleza.

"Haremos un cartel que diga que cuidar la naturaleza es importante," - sugirió Sofía.

"¡Genial!" - exclamó la tortuga, "Podemos dibujar con colores y hacer que todos vengan a ver nuestro trabajo."

Cuando terminaron, el arroyo brillaba y el Refugio Verde estaba lleno de vida. Todos los animales del monte celebraron su éxito con una gran fiesta.

"Gracias a todos por ayudar a cuidar nuestra casa," - dijo Sofía, mientras miraba a sus amigos con orgullo.

"Y gracias a vos, Sofía, por tener un gran corazón y querer hacer de este lugar un mejor hogar," - agregó el Ratón Pérez, sonriendo.

Desde ese día, Sofía y el Ratón Pérez no solo fueron amigos, sino también defensores de la naturaleza. Aprendieron que juntos, podían hacer una gran diferencia.

"La amistad y el trabajo en equipo son muy importantes para cuidar nuestro mundo," - concluyó el Ratón Pérez, mientras la tarde caía sobre el bonito monte, lleno de risas y colores.

Y así, Sofía, el Ratón Pérez y todos sus amigos vivieron aventuras inolvidables y guardaron el monte como un lugar mágico, recordando siempre que juntos podían lograr grandes cosas.

FIN.

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