La amistad en la selva
Había una vez un lobo llamado León, que vivía en el bosque. A pesar de su aspecto feroz, era amable y tenía buen corazón. Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás animales del bosque.
Un día, mientras caminaba por el bosque, León encontró a un gato perdido llamado Tomás. El pobre gatito estaba asustado y no sabía cómo regresar a su casa.
León se acercó al gato y le dijo: "¡Hola! ¿Estás perdido? Soy León, ¿cómo te llamas?"El gato miró al lobo con miedo pero respondió tímidamente: "Soy Tomás y sí, estoy perdido. No sé cómo volver a mi casa". León sintió compasión por el pequeño gato y decidió ayudarlo.
"No te preocupes, Tomás. Yo te llevaré de vuelta a tu hogar", dijo amablemente. Tomás se sorprendió por la generosidad del lobo y aceptó su ayuda sin dudarlo. Juntos empezaron a caminar por el bosque en busca del camino de regreso.
Mientras tanto, en otro rincón del bosque, había un grupo de ardillas traviesas que siempre buscaban problemas. Cuando vieron al lobo y al gato juntos, decidieron jugarles una broma.
Una de las ardillas se acercó sigilosamente detrás de ellos y gritó fuerte: "-¡Cuidado! ¡Es un lobo malvado!"Tomás se asustó mucho e intentó correr lejos del lobo.
Pero antes de que pudiera irse muy lejos, León lo detuvo y le dijo: "-¡No te preocupes, Tomás! Soy un lobo amable y no quiero hacerte daño". Tomás miró al lobo con incredulidad. Había escuchado tantas historias sobre los lobos malvados que no podía creer que este fuera diferente. León entendió la desconfianza del gato y decidió demostrarle su bondad.
Juntos continuaron caminando hasta llegar a un río muy ancho y peligroso. "-Tomás, necesitamos cruzar el río para llegar a tu casa", explicó León. "Pero parece demasiado peligroso nadar solo.
¿Confías en mí lo suficiente como para subirte a mi espalda mientras cruzamos juntos?"Tomás dudó por un momento, pero finalmente decidió confiar en el lobo. Se subió a su espalda y juntos comenzaron a cruzar el río con mucho cuidado.
Mientras estaban en medio del río, una corriente fuerte arrastró al gato hacia las rocas. Tomás empezó a gritar de miedo. León se dio cuenta de lo que estaba pasando y rápidamente nadó hacia él.
Con todas sus fuerzas, logró rescatarlo de las rocas y llevarlo sano y salvo al otro lado del río. Cuando llegaron a la orilla opuesta, Tomás estaba asombrado por la valentía y el sacrificio del lobo por salvarlo.
"-¡Gracias, León! Ahora sé que eres realmente bueno", dijo Tomás emocionado mientras abrazaba al lobo. Desde ese día, León se convirtió en el mejor amigo de Tomás. Juntos exploraron el bosque, ayudaron a otros animales y demostraron que las apariencias pueden ser engañosas.
La historia del lobo y el gato enseña a los niños la importancia de no juzgar por las apariencias y confiar en los demás. También muestra la valentía y amabilidad que se puede encontrar incluso en aquellos que parecen diferentes.
Al final, León y Tomás descubrieron que un verdadero amigo siempre está dispuesto a ayudar sin importar cómo se vean por fuera.
FIN.