La amistad en tiempos difíciles



Mal y su amiga Lara eran inseparables. Compartían todo, incluso el almuerzo. Todos los días, Mal llevaba su famosa tortilla de queso, y Lara siempre traía sándwiches.

Sin embargo, un día, al abrir su tupper, Mal descubrió que su tortilla estaba podrida. Lara se asqueó y decidieron dejar de compartir la comida. Mal quedó muy triste. No sabía qué hacer. Decidió hablar con su abuela, una sabia señora.

La abuela le recordó a Mal cuando, hace mucho tiempo, construyeron juntas un hermoso jardín. Le enseñó que así como las plantas necesitan cuidado constante, la amistad también. Le sugirió que hablara con Lara y le explicara lo sucedido.

Al día siguiente, Mal fue valiente y sinceramente le contó a Lara lo ocurrido. Lara se entristeció al saber que Mal estaba comiendo alimentos en mal estado, y se disculpó por haberse alejado. Decidieron que, a partir de ese día, llevarían su propia comida, pero comerían juntas, compartiendo la compañía y la charla.

La amistad entre Mal y Lara se fortaleció aún más con el tiempo, entendiendo que a veces es necesario superar obstáculos juntos.

A partir de ese día, cuidaron más el uno del otro, asegurándose de que ninguno pasara por una situación similar de nuevo. Su amistad se hizo más profunda y duradera, recordándoles que la comunicación y la comprensión son la base de una buena amistad.

FIN.

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