La Amistad en Tiempos Difíciles



En una granja lejana, vivía una gallina llamada Clara con su pequeño pollito, Pip. Clara soñaba con un mundo más allá de los límites de la granja, un lugar donde pudiera vivir libremente sin temor a ser atrapada por el granjero.

Un día, Clara tomó la decisión de huir con Pip.

"Vamos, pequeño, hoy es el día. Necesitamos buscar un lugar donde estemos a salvo", le dijo Clara a su pollito.

Así, madre e hijo se adentraron por el bosque, lejos de la granja. Pero pronto se dieron cuenta de que la vida fuera de su hogar no era tan fácil. No conocían cómo buscar comida ni dónde refugiarse. Los días pasaron y la pequeña familia sufría de hambre.

Un día, mientras buscaban un lugar para descansar, encontraron a una lombriz llamada Lila.

"Hola, ¿quiénes son ustedes?", preguntó Lila.

"Soy Clara y él es mi pollito, Pip. Estamos huyendo de la granja y hemos pasado hambre", respondió Clara con tristeza.

"¡Pobrecitos! Pero no se preocupen, aquí hay suficiente comida. ¿Les gustaría conocer mi hogar?", ofreció Lila con una sonrisa.

Clara y Pip siguieron a Lila hasta un jardín lleno de plantas frescas. La lombriz los presentó a sus amigos, los insectos y las pequeñas criaturas que habitaban el lugar. Clara y Pip comenzaron a sentir que la vida era más amable y llevadera.

Sin embargo, la llegada del invierno marcó un cambio drástico. Los días se volvían cada vez más fríos y la comida comenzaba a escasear. Un día, Lila se acercó a sus amigos.

"Chicos, debemos hablar. El invierno está siendo muy duro. Estoy preocupada por ustedes", dijo Lila.

"¿Qué podemos hacer?", preguntó Clara, preocupada.

"Tal vez deba ofrecerme como comida para Pip. Él necesita sobrevivir", sugirió la lombriz, con un brillo en sus ojitos.

Clara se horrorizó con la idea.

"¡No, Lila! No puedes hacer eso. Hemos aprendido a vivir en este mundo juntos. Debemos encontrar una solución mejor", exclamó Clara, con lágrimas en los ojos.

"Pero yo tengo suficiente amor por ustedes, y quiero que Pip viva", respondió Lila con valentía.

Después de mucho discutir, Clara, sabiendo el sacrificio que pedía su amiga, decidió aceptar la oferta de Lila. El adiós fue desgarrador.

"Siempre seré tu amiga, Pip. Recuerda nuestras aventuras y cuida a tu madre", dijo Lila mientras se despedía con la mirada llena de amor.

Cuando el invierno pasó, Clara y Pip lograron sobrevivir gracias a la valentía de Lila. Aprendieron a cuidarse mutuamente, y aunque extrañaban a su amiga, siempre la recordaron.

Con el tiempo, Pip creció y siguió adelante en la vida. Pero nunca olvidó la lección de amistad y sacrificio que su mamá y Lila le habían enseñado. Cada vez que veía una lombriz, se detenía a recordar a su amiga del jardín y cómo su amor les había salvado la vida.

Así, Clara y Pip siguieron su camino, sabiendo que la verdadera amistad no tiene límites y que, en los tiempos difíciles, el amor puede llevarnos más lejos de lo que pensamos.

FIN.

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