La amistad en tres colores


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, tres mejores amigos llamados Martina, Lucas y Sofía. Ellos eran inseparables y compartían todo juntos. Siempre se divertían en la escuela, en el parque y hasta en sus casas.

Un día, llegó a su colegio una nueva alumna llamada Valentina. Era muy simpática y pronto se hizo amiga de los tres amigos.

Pero Martina comenzó a sentir celos cuando vio que Lucas y Sofía también pasaban mucho tiempo con Valentina. Martina no entendía por qué sentía esos celos. Sabía que era importante compartir a sus amigos con otras personas, pero no podía evitar sentirse triste al ver cómo disfrutaban de la compañía de Valentina.

Un día, durante el recreo, Martina decidió hablar con Lucas y Sofía sobre lo que estaba sintiendo. Se acercó a ellos con timidez y les dijo: "Chicos, tengo algo importante que contarles". - ¿Qué pasa, Marti? - preguntó Lucas preocupado.

- Pareces triste últimamente - añadió Sofi. Martina respiró hondo antes de continuar: "Siento celos cada vez que veo cómo se divierten con Valentina". Lucas y Sofía quedaron sorprendidos por las palabras de su amiga.

No tenían idea de que ella estuviera sintiendo eso. - ¡Ay, Marti! Lo siento mucho si te hemos hecho sentir así - dijo Sofi apenada. - No queríamos lastimarte - agregó Lucas sinceramente. Martina sonrió al ver la reacción comprensiva de sus amigos.

Se dio cuenta de que ellos realmente se preocupaban por ella. Juntos decidieron buscar una solución para que todos pudieran disfrutar de la compañía de Valentina sin que Martina se sintiera excluida.

Al día siguiente, durante el recreo, los cuatro amigos se reunieron y Martina les propuso hacer un juego en equipo. Así podrían incluir a Valentina y pasar tiempo juntos sin dejar a nadie afuera. - ¡Me parece genial! - exclamó Lucas emocionado.

- Será muy divertido jugar todos juntos - añadió Sofi con entusiasmo. Desde ese día, Martina dejó de sentir celos y aprendió a compartir a sus amigos con Valentina. Comprendió que tener más amigos no significaba perderlos.

Descubrió que siempre habría espacio suficiente en su corazón para todas las personas especiales en su vida. Los días pasaron y la amistad entre los cuatro creció aún más fuerte. Juntos vivieron aventuras increíbles, apoyándose mutuamente en cada paso del camino.

La historia de Martina, Lucas, Sofía y Valentina es un recordatorio de lo importante que es comunicarse abierta y sinceramente con nuestros amigos cuando algo nos está molestando.

Además, nos enseña el valor de compartir nuestras amistades con otras personas sin permitir que los celos se interpongan en el camino. Y así concluye esta historia llena de emociones, amistad e importantes lecciones para seguir creciendo como personas maravillosas.

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