La amistad en Villa Esperanza
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, dos niños llamados Tomás y Claudia, que eran mejores amigos. Pasaban horas jugando juntos en el parque, contándose secretos y riendo sin parar.
Se querían tanto que todos en el pueblo decían que eran inseparables. Un día, llegó al pueblo una niña nueva llamada Valentina. Era muy simpática y todos quedaron encantados con ella, incluido Tomás.
Desde que la conoció, se pasaba todo el tiempo hablando y jugando con Valentina, dejando de lado a Claudia. Claudia se sintió triste y abandonada. No entendía por qué su amigo ya no quería estar con ella.
Se preguntaba si había hecho algo mal o si ya no le caía bien. Pero en lugar de quedarse llorando en un rincón, decidió hacer algo al respecto. Un día soleado, mientras Tomás y Valentina estaban jugando juntos en el parque, Claudia se acercó decidida a hablar con ellos.
- ¡Hola chicos! ¿Puedo jugar con ustedes? -preguntó Claudia con una sonrisa. Tomás se sintió incómodo por un momento, pero Valentina respondió amablemente: "¡Claro que sí! ¡Será divertido tener una nueva amiga!".
Los tres pasaron la tarde jugando juntos como lo solían hacer Tomás y Claudia antes de la llegada de Valentina. Y para sorpresa de Tomás, se dio cuenta de lo mucho que extrañaba pasar tiempo con su amiga de toda la vida.
Al final del día, cuando el sol comenzaba a ponerse detrás de las montañas, los tres niños se sentaron juntos en un banco del parque. Fue entonces cuando Claudia tomó coraje y decidió hablar desde el corazón.
"Tomás", comenzó Claudia con voz suave pero firme, "sé que te has alejado un poco de mí desde que conociste a Valentina. Y está bien tener nuevos amigos e intereses... Pero eso no significa que tengamos que dejar nuestra amistad de lado".
Tomás bajó la mirada avergonzado mientras escuchaba las palabras sinceras de su amiga. —"Claudia" , dijo finalmente Tomás levantando la vista hacia ella, "me he dado cuenta hoy lo importante que eres para mí... Me equivoqué al alejarme así".
Valentina asintió sonriente viendo cómo sus dos amigos resolvían sus diferencias y fortalecían su amistad. Desde ese día en adelante, los tres niños se convirtieron en inseparables en Villa Esperanza.
Aprendieron juntos sobre la importancia de valorar a los amigos verdaderos y compartir momentos especiales sin dejar a nadie atrás. Y colorín colorado este cuento sobre la amistad ha terminado; recordándonos siempre que los verdaderos amigos están ahí para apoyarnos en todo momento.
FIN.