La amistad entre Lolo el perro y Mishi el gato


En una hermosa casa con jardín vivían Lolo, un perro simpático y travieso, y Mishi, un gato curioso y astuto. Lolo y Mishi eran muy amigos, pero a veces tenían pequeñas disputas por tonterías. Una noche, Lolo y Mishi decidieron dormir juntos en el sofá de la sala.

Lolo: - Mishi, ¿puedo dormir contigo en el sofá?

Mishi: - Bueno, está bien, pero no ocupes todo el espacio, ¿entendido?

Lolo: - Claro, Mishi, prometo no moverme mucho.

Lolo se acomodó en un rincón del sofá y Mishi se acurrucó en el otro extremo. La casa estaba en silencio, y pronto ambos amigos se quedaron dormidos. De repente, en medio de la noche, Lolo comenzó a tener una pesadilla y se puso a moverse y a gemir.

Mishi: - Lolo, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás gimiendo?

Lolo: - Tuve una pesadilla, Mishi. Me asusté mucho.

Mishi: - Tranquilo, Lolo, estaba soñando que perseguías una pelota y te tropezabas, pero ya pasó. Estoy aquí contigo.

Lolo: - Gracias, Mishi. Eres un gran amigo.

A partir de esa noche, Lolo y Mishi comenzaron a dormir juntos todas las noches. A veces, Lolo tenía pesadillas, y otras, Mishi las tenía. Pero siempre estaban allí el uno para el otro, dándose consuelo y apoyo. Su amistad se hizo aún más fuerte. Juntos aprendieron que los verdaderos amigos siempre están presentes en los buenos y malos momentos, y que la empatía y el compañerismo son fundamentales en cualquier relación.

Siempre estaban juntos, compartían juegos, se cuidaban y disfrutaban del sol en el patio de su casa. Lolo y Mishi se convirtieron en el ejemplo perfecto de amistad para todos los animales de la vecindad.

Y así, en esa casa, el perro y el gato no solo dormían juntos, sino que también vivían juntos en armonía, amor y respeto mutuo.

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