La amistad es la verdadera victoria


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Pedrito. Pedrito era muy activo y le encantaba jugar con sus amigos al aire libre todo el día.

Él era conocido por ser el más divertido del grupo y siempre estaba buscando nuevas formas de entretener a sus amigos.

Un día, mientras jugaban fútbol, uno de los amigos de Pedrito sugirió que organizaran una competencia para ver quién era el mejor en diferentes actividades deportivas y recreativas. Pedrito se emocionó mucho con la idea y decidió que él sería quien organizara todo. Pedrito comenzó a planear la competencia con mucho entusiasmo.

Decidió incluir juegos como carreras de sacos, lanzamiento de pelotas, saltos en la cuerda y muchas otras actividades divertidas. También se aseguró de que hubiera premios para todos los participantes. La competencia finalmente llegó y todos los niños del pueblo estaban emocionados por participar.

A medida que avanzaba la competencia, algunos niños ganaban ciertas actividades mientras otros perdían algunas pruebas. Pero lo más importante es que todos estaban disfrutando del día juntos.

De repente, durante una carrera de relevos, uno de los amigos de Pedrito tropezó y cayó al suelo lastimándose su tobillo. Todos los niños se detuvieron inmediatamente para ayudarlo a levantarse y llevarlo al hospital cercano.

Cuando regresaron del hospital, ya habían terminado las competencias pero ninguno se sentía contento con haber ganado o perdido porque sabían que lo importante era estar juntos como amigos apoyándose mutuamente sin importar nada más. Pedrito se dio cuenta de que la competencia no era lo más importante, sino el compañerismo y la amistad que habían construido juntos.

Desde ese día en adelante, Pedrito decidió que siempre pondría a sus amigos primero antes de cualquier cosa.

Y así fue como Pedrito aprendió que no importa si ganas o pierdes una competencia, lo importante es disfrutar del tiempo con tus amigos y apoyarlos en todo momento.

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