La Amistad es un Aprendizaje



Había una vez, en un pequeño pueblo argentino, dos niñas que asistían a la misma escuela. Una de ellas se llamaba Mica, una niña dulce y amable, siempre dispuesta a ayudar a sus compañeros y hacer nuevos amigos. La otra, Xiara, era famosa en la escuela por ser un poco traviesa y no siempre se comportaba bien. Sin embargo, Mica nunca perdía la esperanza de que un día, Xiara podría cambiar.

Un día, la maestra de la clase anunció un concurso de talentos. Las niñas debían presentar algo que supieran hacer bien. Mica, feliz y emocionada, decidió que cantaría una hermosa canción que había aprendido. Xiara, al escuchar el anuncio, sonrió de una manera traviesa.

- “¿Vas a cantar, Mica? Eso es super aburrido. ¿No puedes pensar en algo más interesante? ” - dijo Xiara, burlándose.

Pero Mica no se desanimó.

- “¡No importa lo que digas, Xiara! Cantar es mi pasión y me hace feliz. Tal vez debas encontrar algo que te guste también” - respondió Mica, con una gran sonrisa.

El día del concurso llegó y Mica subió al escenario con un brillo en sus ojos. Cantó con tanto amor que todos en la sala se quedaron maravillados. Al terminar, la sala estalló en aplausos. Xiara, a pesar de su actitud, sintió un pequeño destello de admiración por su compañera.

Cuando llegó el turno de Xiara, decidió hacer algo inesperado. En lugar de un truco gracioso o una broma, eligió presentarse con su dibujo. Con nerviosismo, mostró una enorme pintura que había creado. Representaba un jardín lleno de flores, mariposas y un gran sol sonriendo en el cielo.

- “Este es mi jardín secreto... donde las sonrisas crecen”, - explicó Xiara, un poco sonrojada.

La maestra sonrió.

- “¡Qué hermoso! La creatividad y la imaginación son muy valiosas, Xiara. Felicitaciones por tu presentación.”

La audiencia también aplaudió, y por primera vez, Mica vio una chispa de alegría en los ojos de Xiara.

- “Nunca supe que podía dibujar así, Xiara. Tu jardín es hermoso” - comentó Mica.

Xiara, sorprendida y un poco avergonzada por el cumplido, murmuró.

- “Gracias, Mica... quizás… quizás no sea tan aburrido después de todo.”

Desde ese día, Mica decidió invitar a Xiara a unirse a ella después de la escuela para hacer actividades juntas: cantar, pintar y aprender. Al principio, Xiara fue renuente, pero poco a poco, comenzó a disfrutar de la compañía de Mica. Aprendió que había más diversión en ser amable y compartir momentos felices.

Una tarde, mientras pintaban al aire libre, Xiara se dio cuenta de algo.

- “Sabes, Mica, antes no entendía por qué eras tan amable. Pensaba que era porque querías ser la mejor. Pero ahora veo que sonrisas y gestos de amabilidad en realidad generan más felicidad.”

- “Sí, Xiara. La amabilidad se contagia, y creo que tú también puedes hacer sonreír a otros. Tienes un gran corazón” - respondió Mica, sincera.

En la escuela, la relación entre Mica y Xiara se fue transformando. Ya no eran solo dos compañeras en el aula; se convirtieron en muy buenas amigas. Xiara empezó a involucrarse más en los juegos y actividades con los demás niños.

Al final del año escolar, se dio otro concurso, pero esta vez Xiara decidió presentar una nueva obra de arte junto con Mica. Las dos niñas pintaron un enorme mural en la pared del patio de la escuela que representaba la amistad. Todos los alumnos quedaron impactados y admiraron cómo ambas habían conseguido que su trabajo, cada una con su estilo propio, se uniera en una obra de amor y amistad.

Desde ese día, Mica y Xiara fueron conocidas como el dúo dinámico en su escuela, y su amistad se convirtió en un ejemplo de cómo la bondad y la creatividad pueden cambiar a las personas. Pronto, los demás niños también comenzaron a practicar la amabilidad, recordando que siempre hay una oportunidad para hacer el bien.

Y así, en su pequeño pueblo, Mica y Xiara demostraron que la amistad, unida a la bondad y la creatividad, puede transformar no solo vidas, sino también corazones.

FIN.

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