La amistad prehistórica de la clase de la seño Tere



Una mañana soleada, la seño Tere decidió llevar a su clase de 4º del cole Europa de excursión al museo de historia natural.

Todos los chicos estaban emocionados por el paseo y no paraban de hacer preguntas sobre lo que verían. Al subir al autobús, la seño Tere les recordó a todos las reglas de comportamiento y seguridad.

El viaje transcurría con normalidad hasta que, de repente, un destello brillante iluminó el cielo y una fuerza misteriosa pareció absorber al autobús. Los niños gritaron asustados mientras todo daba vueltas a su alrededor. Cuando finalmente todo se detuvo, los niños abrieron los ojos lentamente y descubrieron que ya no estaban en el museo.

Se encontraban en un paisaje desconocido, rodeados de árboles enormes y plantas prehistóricas. -¡Seño Tere, ¿dónde estamos? ! -preguntó Juanito, uno de los alumnos más curiosos. -La verdad es que no lo sé...

Parece que hemos viajado en el tiempo -respondió la seño Tere con calma, tratando de tranquilizar a los niños. De repente, un rugido resonó en la distancia y todos se miraron con temor. Pero para su sorpresa, detrás de unos arbustos apareció un dinosaurio enorme pero amigable.

Tenía ojos bondadosos y una sonrisa cálida en su rostro escamoso. -Hola pequeños humanos, soy Dinoelías. ¿Cómo puedo ayudarlos? Veo que están perdidos -dijo el dinosaurio con voz grave pero amable.

Los niños se acercaron tímidamente a Dinoelías y le contaron lo que les había ocurrido. El dinosaurio escuchaba atentamente y luego les propuso guiarlos de vuelta a casa.

Durante el camino, Dinoelías les enseñaba curiosidades sobre la prehistoria: cómo vivían los dinosaurios, qué comían y cómo se comunicaban entre ellos. Los niños estaban fascinados por sus historias y le hacían mil preguntas cada vez más interesantes. Finalmente, después de una larga caminata llena de aventuras, llegaron al mismo lugar donde habían desaparecido misteriosamente.

Con un gesto amistoso, Dinoelías les deseó suerte en su regreso al presente. -¡Gracias por todo! ¡Nunca olvidaremos esta increíble aventura! -exclamaron los niños emocionados mientras veían alejarse a su nuevo amigo prehistórico.

De repente, otro destello brillante envolvió a los niños y cuando abrieron los ojos nuevamente se encontraban frente al museo de historia natural como si nada hubiera pasado. La seño Tere miraba asombrada a sus alumnos que relataban emocionados todo lo ocurrido durante aquel extraño viaje en el tiempo.

Desde ese día, todos recordarían aquella excursión como la más inolvidable e inspiradora de sus vidas.

FIN.

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