La amistad que nunca se rompe



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, donde todos sus habitantes vivían siempre alegres y contentos. En este lugar mágico, los colores brillaban más intensamente y la música se escuchaba en cada rincón.

En medio de esta hermosa villa vivía Lucas, un niño muy especial. Lucas era conocido por su gran corazón y su sonrisa contagiosa que alegraba a todos. Sin embargo, tenía un secreto: a veces sentía tristeza sin razón aparente.

Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, Lucas vio a Juanita llorando debajo de un árbol. Se acercó rápidamente y le preguntó qué le pasaba. "Estoy muy triste porque me mudaré de Villa Feliz", dijo Juanita sollozando.

Lucas no podía creer lo que estaba escuchando. ¡Su mejor amiga se iba! La tristeza invadió su corazón y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. "No te preocupes, Juanita", dijo Lucas con voz entrecortada-.

"Siempre seremos amigos aunque estemos lejos". Juanita miró a Lucas con gratitud y juntos pasaron el resto del día recordando todas las aventuras que habían vivido en Villa Feliz. A medida que pasaban los días, la tristeza de Lucas aumentaba.

Extrañaba mucho a Juanita y no encontraba consuelo en ningún lado. Pero entonces recordó algo importante: la importancia de la amistad verdadera. Decidió hacer algo para mantener viva esa amistad.

Comenzó a escribirle cartas llenas de alegría y amor a Juanita, contándole todas las cosas emocionantes que sucedían en Villa Feliz. También le mandaba dibujos coloridos para recordarle lo bonito que era vivir allí.

Juanita recibía cada una de esas cartas con una sonrisa en su rostro y se daba cuenta de lo mucho que extrañaba a Lucas. Aunque estaba lejos, la amistad entre ellos seguía creciendo. Un día, cuando Lucas menos lo esperaba, recibió una carta muy especial.

Era de Juanita y decía: "Querido Lucas, ¡he vuelto a Villa Feliz! Extrañé tanto este lugar mágico y sobre todo a ti". Lucas no podía creer sus ojos. ¡Su amiga había regresado! La alegría llenó su corazón y corrió rápidamente hacia el parque donde siempre se encontraban.

Cuando se vieron, ambos saltaron de felicidad y se abrazaron fuertemente. Sabían que su amistad era más fuerte que cualquier distancia o tristeza.

A partir de ese momento, Lucas comprendió que la tristeza forma parte de la vida pero no debe apoderarse completamente de nosotros. Siempre habrá momentos difíciles, pero también hay razones para sonreír y encontrar alegría en las pequeñas cosas. Desde aquel día, Lucas y Juanita disfrutaron cada momento juntos en Villa Feliz.

Eran inseparables y su amistad se volvió aún más fuerte gracias a los desafíos que habían superado juntos.

Y así, en medio del pueblo más feliz del mundo, estos dos amigos demostraron cómo la amistad verdadera puede superar cualquier obstáculo y llenar de alegría la vida de todos los que los rodean.

FIN.

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